POR KUKULKÁN
AHORA RESULTA que los presuntos y virtuales señores candidatos quintanarroenses y de otros rumbos del país se han puesto magníficamente exquisitos y eso que todavía no salen a la calle para darle duro a la matraca, al discurso afónico e incendiario en plazas y a tapizar de esquina a esquina y de poste a poste de promesas todas las ajetreadas ciudades, porque están pidiendo protección con guaruras israelíes y gorilas africanos, ya que consideran que “México está muy inseguro” como para andar “así como así” por la vía pública. Las víboras de este humilde nido aún no descifran este nuevo fenómeno social de insensibilidad, de esquizofrenia y de poco tacto. Será muy interesante saber cómo resolverán estas peticiones de creación de burbujas las autoridades electorales de cada una de las entidades y del país. Caray, ¿cómo se les ocurre tener este país tan inseguro en plenas elecciones? No se vale que nuestros pobres y atribulados candidatos anden por las calles entre tanta inseguridad y asaltos. Risas.
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VAMOS A hacer un ejercicio de imaginación para entender las cifras. Luego hablamos de miles y miles sin tener idea realmente de la cantidad. Así procesa la información nuestro cerebro, pero hay que educarlo un poco para no perder el asombro y el azoro. Trasladémonos entonces a la plaza de La Reforma, frente al Ayuntamiento de Benito Juárez y citemos a nuestros amigos a este lugar. Qué serán, según las víboras matemáticas, andamos en la “socialité” de algunos 100 (somos famosos, ya sabe y muy simpáticos para contar chistes). Entonces necesitamos 100 tazas de café para invitarlos y atenderlos bien, pero sin pan ni conchas de chocolate. Es decir, una cafetera con 50 litros (kilos) de agua, mínimo. No vamos a llevar sillas porque se sale del presupuesto austero. Ahora llamemos a nuestros vecinos los más chismosos (esos nunca fallan), serán unos 200 más o menos, entonces mejor les obsequiamos un café de cinco pesos con un pan de 13 pesos a cada uno; es decir, 3 mil 600 “mexican” pesos. La plaza apenas se ha ocupado en una tercera parte. Necesitamos más gente.
AHORA LLAMAMOS a unos niños de una enorme escuela vecina. Son 50 grupos de 30 estudiantes cada uno. Ya tenemos a 1 mil 500 personas más y llenamos la plaza sin problema sin que quepa un alfiler y eso que apenas llevamos 1 mil 800 personas. A los estudiantes les regalamos un modesto chocolatito de diez pesos cada uno. Ya desembolsamos otros diez mil pesos, más 3 mil 600 pesos en cafés y panes, más otros 500 pesos, ¡suman 14 mil 100 pesos! El problema que ahora tenemos es que otras cinco escuelas se han enterado del súper reventón que está preparando este hache nido de víboras y exigen, con mucha razón, acudir. Y así se nos dejan venir de inmediato ¡9 mil personas! que cierran la Tulum, organizan varios grupos musicales y reciben un chocolatito de la víbora más venenosa y adinerada quien muy gustosa desembolsa 72 mil pesotes, más lo que llevamos, el chiste salió en 86 mil 100 pesos, que para ser francos son unos pichicatos en este nido. Pero ya hay 9 mil personas en total por la Tulum, en la Plaza La Reforma y atrás del Ayuntamiento.
PUES BIEN, ya que más o menos nos imaginamos un poco más visualmente esa gran cantidad de niños (omitimos los altos decibelios del ruido que provocaría una multitud así) ahora publicamos lo que dijo ayer la secretaria de Educación de Quintana Roo, Isabel Vásquez Jiménez, cuando le preguntaron en una entrevista transmitida por televisión para analizar el gran problema de la educación, de los estudios y de la niñez quintanarroense, así como las consecuencias de la pandemia por el Covid-19. Sin que se hablara del futuro de cada uno de ellos, por supuesto, ni cómo les cambiará la vida en los siguientes años por la falta de preparación académica ni tampoco se escucharon sus gritos ni risas: “En Quintana Roo más de 9 mil alumnos dejaron los estudios”. Ah, bueno.