- Desde hace más de una década la industria lechera ha comenzado a tomar cartas en el asunto de revertir las consecuencias ambientales.
ALEJANDRO VIZZUETT / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- En la actualidad ninguna industria escapa de la ser examinada por lo consumidores bajo la lupa de lo sustentable; más aún si se relaciona con el tema alimentario. Y probablemente con justa razón, pues 15 por ciento de las emisiones se debe a la producción de alimentos.
Los ambientalistas argumentan que ganadería y lechería contribuyen al calentamiento global con emisiones propias del ganado (generadas por la fermentación ruminal y el estiércol), sumadas a las que derivan de la producción de su alimento (forraje o granos), fertilización y cambios en el uso del suelo.
Desde hace más de una década la industria lechera ha comenzado a tomar cartas en el asunto de revertir las consecuencias ambientales. Estados Unidos es uno de los países líderes en cuanto a iniciativas colectivas para lograrlo.
Por ejemplo, 98 por ciento de la leche estadounidense proviene de granjas que participan voluntariamente en FARM (Farmers Assuring Responsible Management), primer programa para cuidado animal reconocido por la Organización Internacional para Estandarización (ISO).
Los criterios para alcanzar un modelo sostenible son complejos y diversos, implican inversión en tecnología y capacitación. El desafío del cambio climático requiere tomar en cuenta la salud humana, el medio ambiente y el bienestar animal en la planeación de soluciones y programas de sustentabilidad.
En México, aunque falta camino por recorrer en iniciativas y reportes colectivos, algunas marcas ya han puesto manos a la obra.
En su reporte de sustentabilidad 2019, Lala presume, entre otras cosas, 5 por ciento de agua reutilizada y reciclada; 7 plantas certificadas como “Industria Limpia” por la SEMARNAT; 100 millones de pesos invertidos en la planta tratadora de aguas residuales de Complejo Laguna y 164.5 millones destinados, a través de su fundación, a alimentación, educación, salud, desarrollo comunitario, medio ambiente y biodiversidad.
Danone ha impulsado, desde 2010 su proyecto Margarita, con 300 pequeños establos (mil 700 beneficiarios) que reciben capacitación y entrenamiento para abastecer 12 por ciento de la leche requerida y, con ello, han mejorado su calidad de vida e incrementado su margen de ganancia más de tres veces.
Sigma Alimentos benefició a 368 ganaderos a través del programa Fomento Lechero, opera 16 plantas de producción con energía eólica, redujo el plástico en 30 por ciento de sus envases de yogur (de 145 gramos) e invirtió 9.4 millones de dólares en programas medioambientales, según su reporte de sustentabilidad 2018.
Alpura es la empresa lechera de México con mayor número de ranchos certificados por sus buenas prácticas pecuarias.
Los caminos
El analista Eduardo Blasina plantea cinco soluciones para una producción sustentable en la industria láctea:
- Poner carbono de la atmósfera en el suelo para tener uno con más materia orgánica, más fértil y productivo: pastoreo rotativo, en franjas y evaluación del crecimiento de pasturas.
- Mejorar la calidad y lograr un menor transporte de forraje. Un forraje de baja calidad genera más emisiones de metano en el proceso digestivo.
- Utilizar alimentos producidos en el predio y tener una política de manejo del estiércol.
- Hacer compostaje a gran escala con el estiércol, lo cual genera camas calientes en el invierno para los animales y un fertilizante importante para el conjunto del predio.
- Usar biogás generado a partir del estiércol, además de energía eólica y solar, para alinearse a una economía circular y evitar desperdicios que no se incorporen al suelo.
El modelo estadounidense
Eficiencia: menos vacas, más leche.
En 1944, Estados Unidos contaba con 25 millones de vacas lecheras. Hoy produce 60% más leche con solo 9 millones de vacas. Gracias a: bienestar del animal y mejoras en su alimentación, genética y diseño moderno de establos.
10 mil 500 kilos la producción anual de leche por vaca en Estados Unidos en 2018.
Optimización de recursos
Si se compara 2017 con 2007, producir un galón (3.79 litros) de leche en Estados Unidos requirió: 30 por ciento menos agua, 21 por ciento menos tierra y 19 por ciento menos emisiones de carbono.
De todos los rubros de gases efecto invernadero, la industria láctea -desde la producción de alimento para ganado hasta el desecho post consumo- contribuye solamente 2 por ciento.
Con miras al futuro
2008: los ganaderos de Estados Unidos crean el Centro de Innovación para la Industria Láctea, con la finalidad de evaluar, gestionar y mejorar la sustentabilidad de los lácteos en el trayecto de la granja a la mesa.
2019: un informe de la FAO y Global Dairy Platform sobre cambio climático revela que América del Norte es líder en la reducción de gases de efecto invernadero (GEI) causados por la industria láctea.
2050: US Dairy se ha fijado tres objetivos: cero emisiones netas, optimizar el uso del agua y maximizar su reciclaje, mejorar la calidad del agua optimizando la utilización de estiércol y nutrientes.
Menos desecho
- La habilidad de las vacas para procesar materia que los humanos no podemos digerir minimiza la cantidad de desperdicio asociada con la producción de alimentos.
- El estiércol de vaca es un fertilizante natural que también se convierte en fuente energía renovable.
- Con sistemas de digestión anaeróbica y tecnología de evaporación, las granjas reducen las emisiones, a la vez que convierten el desperdicio de alimentos y el estiércol en electricidad, combustible para autos y camiones, fibra y fertilizantes.
- Una vaca produce 64 litros de estiércol por día; suficiente para fertilizar 25 kilos de maíz o 38 de tomates.
Recuperación del agua
- En las granjas lecheras, el agua se reutiliza de cinco a seis veces, incluyendo la limpieza de las salas de ordeño hasta su uso para enfriar la leche mediante tuberías.
- Debido a que aproximadamente 87% de la leche es agua, con ayuda de nuevas tecnologías, los ganaderos podrán recuperarla, tratarla y volverla a usar para irrigación, entre otros.
Agricultura regenerativa
Prácticas para mejorar la salud de los suelos y evitar o capturar emisiones de carbono:
- Labranza de conservación.
- Rotación de cultivos.
- Cubiertas vegetales. Por ejemplo, una combinación de métodos de labranza ha ayudado a las granjas azotadas por sequía a gestionar mejor la escasez del agua, a la vez que reducen el uso de productos químicos, combustibles y la cantidad de partículas de polvo en el aire. Fuentes: US Dairy, International Farm Comparison Network, Encuentro Nacional de Ganaderos Lecheros y Productores Agropecuarios ENGALEC 2018; “La lechería mundial, entre China, el covid-19 y el cambio climático”, conferencia de Eduardo Blasina.
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