NIDO DE VÍBORAS

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NIDO CAMBIO VERDADERO

Por KUKULKÁN

EL ADIÓS a Carlos Joaquín González fue nada terso durante el discurso oficial de toma de protesta de Mara Lezama Espinosa, quien más allá de las cifras alegres que le entregaron sobre el desempeño de la pasada administración, se situó en la realidad que vive el estado para pronunciarse en contra del saqueo de las administraciones pasadas, incluida la de su antecesor quien tuvo que aguantar callado, el rostro duro, sentado en el pódium del Congreso del Estado mientras la nueva gobernadora criticaba la enorme deuda pública de los últimos tres gobiernos que impactaron negativamente en el desarrollo de Quintana Roo.

ENCABEZARÉ un gobierno que se distinguirá por el respeto absoluto por la división de Poderes y los valores democráticos. Que enfrentará con carácter, inteligencia y honestidad, los retos de un estado que lleva décadas de crecimiento sin distribución: de muchas ganancias para pocos, y explotación y precariedad para la mayoría. Sé que de la mano del Pueblo y los Poderes del Estado, le daremos vuelta a la etapa de gobiernos que durante muchos años, se beneficiaron haciendo negocios sin controles, vigilancia social y contrapesos.

ASÍ nacieron y se profundizaron los problemas que más nos duelen: corrupción, pobreza, desigualdad, inseguridad, violencia de género, destrucción del medio ambiente, y rezago económico y social. Así se gestó la ruptura del tejido social y el profundo abandono a los pueblos originarios mayas. Por eso, frente a esta complejidad política, económica y social tendremos un gobierno que pondrá por delante aquellos que menos tienen, aquellos que merecen mejor. Romperemos el molde de los gobiernos neoliberales alejados del pueblo, y al servicio de los intereses mezquinos de aquellos que sólo se dedicaron a acumular privilegios.

AUNQUE no mencionó nombres, Mara Lezama se refería a los ex gobernadores Félix González Canto, Roberto Borge Angulo y de pasada Carlos Joaquín González quien hace seis años llegó como la esperanza del cambio y a su partida resultó ser una gran decepción para la mayoría de los quintanarroenses. Lo único que cambió fueron las personas porque los mecanismos administrativos para la corrupción continuaron operando, muy sofisticados, desde diferentes áreas administrativas del gobierno estatal.

NO HAY sorpresas, Carlos Joaquín González jamás iba a representar el cambio verdadero porque es parte de las mismas familias que se repartieron el poder estatal como en un juego de turista mundial. Él estuvo llamado por la historia para romper ese reparto caciquil entre poderosas familias económicas de Cozumel y Chetumal, no porque fuera él mejor candidato, sino porque era el mal necesario. Para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo, dice el viejo refrán y él fue esa cuña para desplazar a la vieja clase política, a sus paisanos que lo consideran un traidor.

PERO la traición es su fuerte. Alguien que lo conoce muy bien, Félix González Canto alguna ocasión reclamó que Carlos creció en la política traicionando a los González para irse del lado de los Joaquín donde siempre había sido rechazado. En 2016, se convirtió en la esperanza luego de dos gobiernos de saqueo del patrimonio público y el crecimiento desmedido de la deuda pública provocando una reducción de recursos para programas de la política social para destinarlos al pago de intereses y capital de los créditos solicitados por más de 20 mil millones de pesos.

MUCHAS fueron sus promesas y metas por cumplir en materia de combate a la corrupción, mitigar las desigualdades sociales, diversificar la economía del estado para no depender sólo del turismo, protección al medio ambiente y un etcétera muy laaargo que en el balance final resultó ser el típico lenguaje retórico de los viejos tiempos del PRI, prometiendo el verdadero cambio… pero de beneficiarios del poder.

@Nido_DeViboras