Prevén crezca ‘mafia agraria’ con Tren Maya

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  • Ofrecen análisis académicos de la UAM. Investigadores consideran que plusvalía en tierras no será para ejidatarios.
DALILA ESCOBAR

CIUDAD DE MÉXICO.- La llegada del Tren Maya desatará la especulación y elevará los costos de la tierra, pero esa plusvalía no será para los ejidatarios, y en cambio crecería la “mafia agraria”, afirman investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Para Carlos Rodríguez Wallenius, especialista en el tema de despojo para la acumulación, defensa comunitaria del territorio y sustentabilidad por la UAM, existen desarrollos turísticos que, aunque son necesarios e impactarán el entorno de quienes habitan las comunidades y son originarios, con la llegada de “nómadas digitales”, las condiciones no cambiarán de fondo.

“Es una de las zonas donde se proyecta el crecimiento turístico, pero entonces va a haber tensiones ahí con el desarrollo inmobiliario porque después de la pandemia se da un fenómeno que es muy interesante y que son estos nómadas digitales, es decir, gente que hace trabajo en casa, muchos extranjeros, y el lugar que han elegido es toda esta zona de Cancún hasta Tulum”, explicó Rodríguez Wallenius.

El académico detalló que ese sector que llega al Sureste mexicano genera una mayor construcción de departamentos; sin embargo, esto marcará una mayor brecha de desigualdad porque serán viviendas a las que llegarán personas que tengan un alto nivel adquisitivo.

A este fenómeno se agrega lo que distingue como “la mafia agraria” y la creación de condiciones donde se privilegiará a quienes tienen los ingresos, incluso en dólares, y que con esto “vayan acentuándose estas desigualdades, porque pues el modelo de turismo que se está desarrollando acá privilegia a este tipo de turistas, con cierto nivel económico y los ‘nómadas digitales y la gente que se está yendo a vivir allá también tiene un cierto nivel de vida, frente a la población originaria que va a seguir teniendo las condiciones de bajos salarios y empleos precarios, que eso es lo que genera el turismo”.

Habrá, detalló, una mayor polarización social, desigualdad económica y aunque se tendrá una zona con crecimiento, la tensión que se va a acarrear no sólo será por terrenos, sino por las condiciones de vida.

Indicó que, si bien en el caso del Tren Maya se han tenido ventas de los terrenos de manera concertada, existe el riesgo de que continúe una “mafia agraria”, que es una convergencia de intereses inmobiliarios, turísticos con integrantes de la Procuraduría Agraria de municipios que son los que otorgan el terreno, que generaron “unas tensiones muy fuertes”, por ejemplo, en el caso de Holbox.

Los investigadores también plantean que ante ese escenario se podría hacer más profunda la desigualdad y, con esto, la inseguridad.

Dijo que el turismo, la gran apuesta del Tren Maya, también tiene periodos en los que baja su actividad, lo cual resulta en “caldo de cultivo para ciertas otras actividades, que no es algo nuevo, pero es una de las posturas de organizaciones sociales en torno a que las zonas turísticas también han traído a los grupos de la delincuencia organizada, en particular se ha vuelto un espacio bastante conflictivo, y situaciones como el trasiego se ha incrementado”.

Por su parte, José Antonio Rosique, investigador de tiempo completo en la UAM y autor del libro “Tierra y Movimientos Sociales en la historia de México”, también expresó señales de alerta por la inseguridad que se vive en el país en general.

“Lo que va contra todo lo que está pasando es el tema de la seguridad que no está resuelto. Por todos lados te aparecen los casos de personas que son asesinadas, controlan los cobradores de piso y por eso la inseguridad es tremenda, se dan también secuestros, asesinatos de turistas y esa parte se tiene que atender en México”.

PREOCUPACIONES

El especialista Rodríguez Wallenius indicó que los ejidos “tradicionalmente han estado en esta zona, pero lo que va a mover la economía de esta región seguirá siendo el turismo, y si eso lo juntamos con el crecimiento que va a haber hacia Mérida, también es la otra ciudad que está creciendo hasta tasas muy grandes, hay muchos intereses inmobiliarios, entonces vemos que prácticamente las tensiones que se van a ver en pocos años es precisamente la tenencia de la tierra”.

El ordenamiento tampoco es un asunto que se tenga resuelto porque en esa región del país “la planeación urbana ha sido caótica” y aunque con el proyecto se impulsará la actividad turística se necesitará más espacio para la construcción de hoteles y de áreas comerciales, lo cual generará más demanda en ejidos que no han sido tocados, sobre todo cuando después de la pandemia llegaron los “nómadas digitales”.

Aunque para el Sureste mexicano el Tren Maya podría dar garantía de la llegada de más turismo, el experto enfatizó la lección que dejó la pandemia en torno a lo endeble que es también el sector, y ante eventuales sucesos como los ocurridos con la crisis sanitaria el turismo en esta región también tiene ciclos.

Para el académico José Antonio Rosique, los proyectos del actual gobierno “están politizados y eso complica la objetividad para quienes participan”; consideró que el objetivo de fondo tampoco es terminar con la brecha de desigualdad.

“La producción de pobres se dio en la etapa neoliberal, pero es la clientela de estos nuevos gobiernos que tienen discurso de izquierda para mantenerse en el poder, porque finalmente el que llega al gobierno, sea un gobierno federal, un gobierno estatal o un municipio, hay bastante dinero para hacerse rico”, indicó.

Dijo que esta situación se da a la par de ofrecer obras “para generar empleos en favor de quien tú quieras, yo he trabajado muchos años en gobierno y sé cómo funcionan los recursos financieros materiales y humanos, y cómo se manejan en los sótanos de la burocracia, las plazas y las compras, y en qué se gasta, eso no ha cambiado”.

El también autor del libro “Megalópolis en crisis: más allá de las revoluciones urbanas” aseguró que “este gobierno le apuesta a que dándole dinero a los pobres pues van a dejar de participar en los ejércitos de narcotraficantes, pero entonces pueden llegar 20 o 30 camionetas y hacen lo que quieren, pueden matar a quien esté en el sitio”.

Esa situación va ligada con las alertas que emiten otros países al ver situaciones de violencia en sitios concurridos por sus poblaciones. “Dicen ‘no, no vayan a esta región’ y para el futuro, si no se controla eso, puede ir bajando la capacidad de atracción del turismo”.

Los expertos concluyen que el sector inmobiliario será el gran ganador de estos cambios que se dan en el Sureste de México dado que en pocos años muchos de los ejidatarios se quedarán sin tierras y tendrán que emplearse a las zonas hoteleras para beneficiar a quienes se trasladen a vivir a los estados beneficiados por uno de los proyectos más importantes del Tren Maya, lo cual, también va a acarrear problemas, que ya tiene la zona, como las desigualdades y la inseguridad.

La gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama Espinosa, expuso el lunes 13 de febrero en la conferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador que con proyectos como el Tren Maya y otros, buscan el desarrollo del estado y “con el consenso de generar bienestar y cerrar brechas de desigualdad, estamos construyendo un Nuevo Acuerdo por el Bienestar y Desarrollo de Quintana Roo”.

Aseguró que a ese acuerdo se suman todos los sectores desde las autoridades mayas, líderes sociales, hasta hoteleros, trabajadoras, grupos de mujeres e inversionistas, “todas y todos con una convicción de que no podemos considerar un éxito, una industria turística millonaria cuando está rodeada de pobreza y precariedad salarial, y que por tanto no puede haber progreso sin justicia. Con el Tren vamos a hacer justicia, vamos a acortar las brechas de desigualdad”.