NIDO DE VÍBORAS

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    Por KUKULKÁN

    EN EL MUNDO al revés de la austeridad republicana, donde menos siempre es más, y el ahorro se traduce en multiplicar gastos, la entidad paramunicipal Solución Integral de Residuos Sólidos Cancún (Siresol) ha decidido dar un curso intensivo sobre cómo hacer crecer el dinero… pero sólo en la nómina. Sí, queridos lectores, en un acto de magia financiera digno de un prestidigitador, Siresol ha logrado lo impensable: incrementar su presupuesto para “servicios personales” en un modesto, casi imperceptible, 2000 por ciento. De 1 millón 200 mil pesos hemos pasado a 23 millones 200 mil pesos.

    PARECE que el concepto de austeridad tiene matices que se nos escapan, o tal vez sea una nueva matemática fiscal donde sumar empleados resulta en multiplicar presupuestos. Ah, pero no se vayan aún, que esto apenas comienza. Con ingresos anuales rozando los 600 millones de pesos y un equipo de valientes trabajadores que recién han sido honrados con el seguro social después de una larga y fructífera relación de 13 años (mejor tarde que nunca), el organismo enfrenta el pequeño, insignificante desafío de justificar este exponencial crecimiento. Un reto, sin duda, para los más habilidosos malabaristas de números y excusas.

      MIENTRAS tanto, en el circo de la gestión pública, Siresol continúa su loable labor de manejar los residuos sólidos urbanos, tarea nada sencilla, especialmente cuando se está envuelto en críticas por el manejo, digamos, “creativo” de los rellenos sanitarios. Es cierto que hay que pagar por el talento, pero ¿acaso se nos ha escapado una legión de genios de la gestión de residuos que justifique tal aumento? ¿O estamos ante el milagro de la multiplicación de los sueldos? El principal responsable de este mal desempeño (habrá que esperar los resultados de la auditoría para saber si también el culpable) es el director del organismo Franntz Ancira Martínez.

      SERÁ todo un espectáculo saber cómo sale de esta don Franntz pues resulta que para añadirle más sabor a este guiso de números y excusas, el organismo ofreció una perla de sabiduría administrativa al pretender justificarse con el argumento de que el alza se debió a “cambios en la forma de pago de las percepciones de la plantilla de nuestro organismo”. Ah, claro, ahora todo tiene sentido. Debe ser esa nueva fórmula matemática donde cambiar la forma de pago resulta en multiplicar los montos. Ingenioso, sin duda. Toda una contribución a los derechos laborales. 

      PERO como en política nunca faltan las víboras ponzoñosas, con sus circunstancias de opositores al gobierno en turno, que en pleno proceso electoral ya soltaron venenosas sugerencias de que en realidad los 22 millones adicionales a la nómina de Siresol fueron para pagar la nómina de las estructuras electorales del Partido Verde Ecologista, el cual por acuerdos políticos con la federación controla política y económicamente el municipio de Benito Juárez. ‘Es tiempo de zopilotes’, repite el presidente Andrés Manuel López Obrador ante la guerra mediática sucia en su contra, familia y colaboradores cercanos. ‘Y lo más bueno de todo esto es que se va a poner peor’, ironiza.

      Y ES ASÍ, queridos ciudadanos, que en el teatro de la política y la austeridad republicana, donde las cortinas nunca se cierran y el espectáculo debe continuar, nos despedimos no sin antes recordarles que en este reino del revés, la única regla constante es la sorpresa. O, tal vez, la única sorpresa es que aún nos sorprenda. En cualquier caso, aplaudamos la creatividad de Siresol en su interpretación única de la austeridad. Después de todo, ¿quién necesita magos cuando tienes contadores?

      @Nido_DeViboras