Va, otra vez, teoría de segundo tirador en caso Colosio

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  • El sábado se cumplieron 30 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta.
ABEL BARAJAS / AGENCIA REFORMA

CIUDAD DE MÉXICO.- La Fiscalía General de la República (FGR) busca apuntalar la teoría del “segundo tirador” en el caso Colosio, con un nuevo dictamen pericial que establece que en la chamarra de José Antonio Sánchez Ortega, exagente del Cisen, se hallaron partículas relacionadas con la detonación de arma de fuego, resultado que contradice dos de sus análisis forenses previos.

Se trata de un nuevo análisis forense que elaboró la Fiscalía de Puebla que, sin embargo, fue desestimado por el juez federal que negó la orden de aprehensión contra Sánchez, pues afirmó que no existe evidencia de que el exagente estuviera a centímetros del candidato presidencial durante el atentado, según documentos a los que Agencia Reforma tuvo acceso.

La Fiscalía ya había hecho dos dictámenes a la chamarra blanca de Sánchez, marca “Members Only”, pero en ambos el resultado fue negativo. La dependencia no desistió y buscó un indicio adicional por la vía de los análisis forenses, hasta conseguirlo.

El 25 de marzo de 1994, Gildardo Cruz Velasco e Isabel Pérez Torres, peritos de la entonces PGR, practicaron el primer dictamen en materia de química (reacción de Griess) a la chamarra de Sánchez y el resultado fue negativo para los derivados de nitrados.

La actual administración de la Fiscalía consideró incompleto ese peritaje, porque dijo que sólo se practicó en las mangas, razón por la que encargó un segundo dictamen de química sobre la totalidad de las prendas.

Esta vez no sólo se analizaría la chamarra, sino también una camiseta blanca, a las que se aplicarían un estudio de plasma por acoplamiento inductivo- espectrometría de Masas ICP-MS.

El 22 de mayo de 2023, el perito de la FGR, Juan Carlos Velázquez Castro, también llegó a una conclusión negativa. No halló rastros de plomo, bario y antimonio en las prendas.

La dependencia no se conformó con su propio resultado y, considerando que hoy existen “métodos de mayor confiabilidad y de mayor aceptación en la comunidad científica a nivel mundial”, esta vez decidió encargar dos dictámenes a Iván Merino Ojeda, perito del Instituto de Ciencias Forenses de la Fiscalía de Puebla.

Merino aplicó el método de microscopio electrónico de barrido, análisis que sólo puede llevarse a cabo una sola vez sobre el objeto de estudio, según el expediente.

El 9 de marzo entregó sus conclusiones. Uno de los estudios arrojó un resultado negativo, pero en el segundo dictaminó que había una partícula de GSR (plomo, bario o antimonio) en distintas áreas analizadas.

Dos días después, con base en estos resultados, el perito federal Velázquez Castro dictaminó que los restos de estas partículas estaban en la zona frontal de la manga izquierda, en la franja media, y en la zona frontal media del lado derecho de la chamarra.

Este nuevo dictamen venía a reforzar la teoría del “segundo tirador”, porque la tarde del 23 de marzo de 1994, Sánchez fue detenido en Lomas Taurinas y dio positivo a la prueba de rodizonato.

Pero la entonces PGR lo liberó al día siguiente y no volvió a tener problemas con la justicia hasta que, casi 30 años después, la Fiscalía pidió su aprehensión, con base en 333 elementos probatorios, entre ellos el dictamen referido.

Si bien la FGR adjuntó más de 300 elementos probatorios, el juez resolvió que la única prueba de una supuesta acción concertada entre Sánchez y Aburto, es el testimonio de una mujer cuya veracidad le pareció dudosa.

Se refería a Leticia Ortiz, compañera de trabajo de Aburto en la maquiladora Cameros Magnéticos, quien en 1998 declaró que, previo al magnicidio, un sujeto visitó dos veces al asesino en la fábrica.

En esa primera declaración, tuvo a la vista 4 fotografías de Sánchez Ortega y no lo identificó, pero el 27 de junio del año pasado la FGR le puso a la vista una sola fotografía del exagente del Cisen, y ahora sí lo identificó.

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