- El mayor aumento en consumo de energía de la Península de Yucatán es el de Quintana Roo.
OMAR ROMERO
CANCÚN, Q. ROO.- De 2021 a 2022 Quintana Roo pasó de 4 mil 965 giga watts hora a 5 mil 471.8 giga watts hora, lo que representa un crecimiento en consumo de energía de más del 10 por ciento, el mayor el reportado para la región de la Península, indicó Huguette Hernández Gómez, secretaria de Ecología y Medio Ambiente estatal.
En el marco de la presentación del Programa Piloto de Eficiencia energética en el sector hotelero, la funcionaria explicó que en el escenario de planeación del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), se espera que el consumo de energía en la Península crezca 3.9 por ciento para 2028, y 3.6 por ciento para 2037.
Mientras que en la demanda se espera un aumento de hasta 4.9 por ciento y 4 por ciento respectivamente, siendo esta región en la que se prevé mayor crecimiento a nivel nacional, y con los datos locales Quintana Roo es el que más crece por encima de Yucatán y Campeche.
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“Uno de los aspectos que más nos preocupa y que genera impactos negativos para la competitividad del estado es la nula generación que existe, dependiendo de la importación, Quintana Roo sólo generó el 3.49 por ciento de su energía en 2021, y 2022 un 8.25 por ciento”.
Apuntó que la tecnología más usada es el turbo-gas, y el diésel el combustible más utilizado para su generación dependiendo en un 94 por ciento de los combustibles fósiles, lo cual es preocupante, pues los precios marginales locales (definición del costo de la energía) de Quintana Roo son los más caros del país, hasta 6 mil 237 pesos megawatts hora.
Ante ello, se está trabajando para promover la generación local y aprovechar las fuentes de energías renovables, de ahí que por eso se implementa el Programa Piloto de Eficiencia Energética en el sector hotelero, que consiste en dar apoyo técnico para realizar una evaluación energética de la edificación de la hotelería.
También, emitir una serie de recomendaciones con enfoques de compromiso, evaluación de los gastos económicos y energéticos esperados; estimación de la reducción de emisiones relativa a capacitar el personal directivo y operativo; construir un plan de acción con diversas fuentes de financiamiento.
“Nos da una oportunidad de implementar estrategias innovadoras que pueden ser modelo para otras regiones del mundo. Pueden tener un gran impacto a nivel del bienestar del plan”, agregó Gerardo Arroyo, líder del equipo de financiamiento en Medio Ambiente de la Oficina de Desarrollo Sostenible en USAID México.
