- En los últimos años más de 190 mil personas han solicitado refugio en México, con la llegada de la pandemia, el ritmo de solicitudes bajó.
DANIEL SANTIAGO / AGENCIA REFORMA
MONTERREY, NL.- Recién llegó a la Ciudad de México Rita respiró tranquilidad. Había escapado de su país, Guatemala, donde las amenazas de muerte y de secuestro hacia su familia se intensificaban. Su intención era llegar junto con su esposo a Estados Unidos, pero, ya en México, sus planes cambiaron.
“Cuando puse un pie en la Ciudad de México, y vi que podía salir, que no sentía la persecución de las personas, me sentí tranquila”, dice Rita.
“Pero la Ciudad de México es muy grande y es difícil conseguir un trabajo”, cuenta.
Las personas que huyen de su país a causa de guerra, violencia o persecución, pueden solicitar refugio en México. Al hacerlo, Rita se enteró del programa de integración local de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR. Se inscribió en él y así llegó a la ciudad que se ha convertido en su hogar desde el año pasado, Monterrey.
Rita, cuya identidad verdadera es protegida por los riesgos que corre en su país, es trabajadora de un Oxxo gracias a un programa que Femsa inició en 2019 en alianza con ACNUR.
Se ha adaptado muy bien a este empleo, cuenta. En su país era maestra de primaria.
“Siendo maestra uno aprende a hacer de todo, a ser mamá, psicóloga, a ser cocinera. Me encanta trabajar.
“Esta es mi nueva vida”, afirma, “con la única desventaja de que no tengo a mis hijos, porque aquí pienso que voy a hacer más de lo que tal vez no hice en mi país”, dice esta mujer que acaba de cumplir 40 años.
NUEVA VIDA
De acuerdo con ACNUR, en los últimos años más de 190 mil personas han solicitado refugio en el País. Con la pandemia, el ritmo de solicitudes bajó, pero en los primeros cuatro meses de este año se registraron 31 mil 800, casi un tercio más que en el mismo periodo del año pasado.
Con su programa de integración, iniciado en 2016, ACNUR indica que ha ayudado a más de 10 mil extranjeros que huyen de sus países a comenzar una nueva vida en México.
La mayoría busca empleos en estados del sur, por lo que se les ofrece trasladarse a ciudades del centro y norte que tienen una mayor oferta laboral y más capacidad en sus sistemas de educación, vivienda y salud, señala la Agencia.
Anabel Olivas, jefa de inclusión y diversidad de Femsa, comenta que unas 300 personas trabajan en sus tiendas de conveniencia, principalmente en Monterrey.
“Como cualquier otro grupo o población en situación de vulnerabilidad, las personas refugiadas se enfrentan constantemente a mayores obstáculos o dificultades para encontrar un empleo digno y formal”, explica Olivas.
“Dar confianza en los seres humanos genera un sentimiento de pertenencia y compromiso. Al momento que encuentran una empresa que les abre las puertas, que les da una oportunidad para que puedan poner en práctica su conocimiento, su experiencia, su compromiso es mucho más alto. Eso se ve reflejado en bajo índices de ausentismo y rotación”.
El programa de ACNUR cuenta con el apoyo de los Gobiernos federal y estatal, y más de 170 empresas forman parte de él, entre ellas Oxxo, Pimsa, Mabe, y GreenPaper.
“Aún falta entendimiento para el refugio, esta figura tan noble del derecho que es importante que conozcan, que se perciba la enorme labor humanitaria que representa el refugio”, dice el padre Luis Eduardo Zavala, fundador de Casa Monarca, que apoya a migrantes y refugiados en Nuevo León.
En esta asociación civil, Rita es apoyada por abogados para tener documentación mexicana. Su sueño es reunir a su familia aquí.
“Estamos muy bien, no nos quejamos, rentamos una casita”, dice. “Yo ya siento a Monterrey como mi País, soy libre, soy libre”.
“Hace una semana hablaba mi asesor conmigo y me dijo ‘oiga, tiene mucho para ser líder de tienda, entonces te voy a llevar a la tienda entrenadora’. No sé si Dios me esté bendiciendo, es una buena noticia para mí, voy a seguir superándome, quiero estudiar la universidad”.
Junto con Rita está Adriana, también nombre ficticio. Ella es de El Salvador, tiene 40 años. Cuando llegó a México vivió en una casa de migrantes en Villahermosa, trabajaba en un restaurante, pero el sueldo era bajo, por lo que no podía rentar un espacio para vivir.
Ahora también trabaja en Oxxo. Se siente contenta y agradecida con el País y con la empresa que la emplea, cuenta. También vive inseguridades, reconoce, como cuando al salir de su turno de noche toma el transporte público y camina sola para llegar a la casa que renta.
“Me han pasado muchas cosas, me han correteado, pero no por eso voy a dejar de trabajar, debo salir adelante. En ningún país estamos seguros”.
La participación de la iniciativa privada es clave para emplear a los refugiados e integrar un circulo virtuoso de inclusión, dice Shant Dermegerditchian, Jefe de Sub Oficina Monterrey de ACNUR.
“La retroalimentación que hemos tenido de las empresas solidarias es que emplear a las personas refugiadas no solo se trata de ser buenos ciudadanos cooperativos, sino también trae beneficios a las empresas, las personas refugiadas están dispuestas a trabajar”.
Mano solidaria
La ACNUR es la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados.
- Más de 190,000 personas han solicitado refugio en México en los últimos años, de acuerdo con la ACNUR
- Más de 10,000 refugiados han empezado una nueva vida en México
- Más de 170 empresas colaboran con ACNUR, y los gobiernos federal y estatal
- Unas 300 personas refugiadas trabajan en las tiendas de conveniencia de Oxxo, en Monterrey
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