Logró Platanito hallar el humor en sus desdichas

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Platanito
  • El comediante Platanito se siente agradecido de haber superado la Covid-19 para alistar sus shows y disfrutar las risas de su público.
MAURICIO ÁNGEL / AGENCIA REFORMA

CIUDAD DE MÉXICO.- Los chistes que le hacían los amigos de Platanito al visitarlo en el hospital no eran del todo inocentes: cuando lo bajaron de piso, ellos le dijeron que era para acercarlo a la morgue del sótano. Él no los olvida porque, dice, ese humor fue una medicina que lo sacó adelante.

Pero el payaso no ha completado su tratamiento, ya que le falta oír las risas del público, incluso a costa de las dificultades que tuvo al contagiarse de Covid-19.

“Pensaba que no iba a poder volver a trabajar, que no me iba a volver a maquillar porque me iba a morir”, recordó el comediante en entrevista telefónica.

“Tener la oportunidad de tener contacto con el público, con mis amigos, con mi familia, es vida. Diosito me dio una oportunidad de seguir haciendo lo que me gusta, de pisar los escenarios en estos momentos que tanto necesitamos reírnos”.

Los sucesos traumáticos, vistos después de que suceden, permiten llegar a la comedia, pero en la visión de Sergio Verduzco, su nombre real, no necesita pasar mucho tiempo.

Su presentación en Salón La Maraka el próximo viernes estará cargada de reflexiones pandémicas, pues el también conductor ha optado por ver sus vivencias desde un lado más divertido.

“Yo mismo hago burla de mi tragedia, me río de lo que me pasó. El show cambió y lo adapté a platicar de temas del Covid y de todo lo que hemos vivido en este año ocho meses”, explicó.

Su ánimo para afrontar la enfermedad no es algo extraño en su familia, pues su madre, que padece cáncer, también hace gala de su buen humor y aplaude las bromas que le hacen al respecto.

“Con mi madre nos reímos y hacemos bromas. Le acabo de regalar una peluca de Platanito porque va perdiendo el cabello con las quimios. Ella se ríe, lo disfruta, está haciendo que vaya en mejoría. Le está echando muchas ganas.

“Lo más importante son todas las risas y carcajadas que se avienta mi madre porque hay de dos: o lo vives mal, te amargas y encierras en el dolor, o tratas de vivir lo más contento que puedas día a día. Nadie tiene la vida comprada”, destacó.

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