- “Incel”, “píldora roja”, “manósfera”, son conceptos y emojis que se viralizaron luego de la serie Adolescencia, de Netflix.
STAFF / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- “Incel”, “píldora roja”, “manósfera”, son conceptos y emojis que se viralizaron luego de la serie Adolescencia, de Netflix.
Irrumpió para poner sobre la mesa el desconocimiento que los adultos tienen de lo que sus hijos adolescentes viven y hablan en estos tiempos de redes sociales, violencia escolar y polarizaciones.
El problema no es que los adolescentes tengan un lenguaje que sólo ellos entienden, eso siempre ha existido, dice la psicoterapeuta Martha Patricia Zavala.
“El problema es que desde hace mucho tiempo los papás han dejado la crianza de los hijos a los dispositivos”, sentencia la especialista en terapia de niñas, niños y adolescentes.
“Los hijos están entrando a esos dispositivos y no están siendo guiados por los padres; son abandonados frente a los dispositivos, y eso hace que entren a comunidades como la manósfera”.
La miniserie, un drama criminal británico, gira en torno a Jamie, un chico de 13 años que es arrestado, acusado de asesinar a una compañera de clase.
En una escena clave, el inspector a cargo del caso es alertado por su hijo, también adolescente, acerca del oscuro significado de los comentarios que la víctima había publicado en las redes sociales de su agresor.
El diálogo alude a la “manósfera”, como se conoce a la red de sitios en línea: foros, blogs, canales de YouTube extremos, donde hombres heterosexuales enfatizan hostilidad hacia las mujeres como una reacción agresiva y misógina frente al feminismo.
Manósfera viene de la palabra inglesa “man”, hombre, y la palabra española “esfera”.
Un emoji de píldora roja representa ahí el “despertar de la verdad”, darse cuenta de que los hombres están siendo “oprimidos” por un movimiento de mujeres.
También se hace referencia al símbolo “100”, una alusión a esa creencia entre los “manósferos”, de que 80 por ciento de las mujeres se sienten atraídas por sólo el 20 por ciento de los hombres.
Jamie había recibido con estos emojis en su cuenta de Instagram el señalamiento de ser un “incel”, célibe involuntario (“involuntary celibates” en inglés), personas que se describen como incapaces de tener una pareja o una vida sexual.
Ser llamado “incel” podría ser irrelevante para un adulto, no para un chico de 13.
“Eso me parece una bandera roja terrible”, continúa Martha Patricia Zavala. “La prisa por tener relaciones de pareja cuando aún no acaban de constituirse como sujetos, y la prisa social por tener relaciones sexuales.
“En consulta escucho mucho en adolescentes de 12 a 15 años declaraciones de que ‘tengo 13 años y he fracasado en el amor’”.
La recomendación de la psicoterapeuta a papás o adultos a cargo de menores: tener pláticas profundas, hablar de la vida, no sólo de “cómo te fue en la escuela” o “si tienes novio”.
Va más allá: “¿Qué piensas de la vida, de la contaminación? ¿Del futuro? ¿De la muerte? ¿De las relaciones de pareja?”.
María Angélica Limón, doctora en investigación psicoanalítica, psicoterapeuta y profesora de la Universidad de Monterrey (UDEM), comenta que en consulta escucha a papás con muchas preguntas sobre cómo ejercer su paternidad con los adolescentes.
“Tienen un montón de preguntas como: ‘¿Qué le debo decir, qué le debo de limitar, cuánto tiempo le debo dar dispositivos, cuánto no? ¿Lo castigo?, ¿no lo castigo?’. Muchas dudas sobre todo de los límites”.
La serie Adolescencia es una oportunidad para reflexionar que toda una sociedad es responsable de la formación de los niños y adolescentes, pero cada familia tendrá un ritmo diferente para poder acompañar a sus adolescentes.
“Es muy válido recordar nuestra adolescencia y acompañar a nuestros adolescentes con un amor cálido, contenedor, donde les digamos: ‘Te equivocaste, bueno, vamos a corregir, a intentarlo otra vez’”.
La recomendación de María Angélica Limón: los papás deben supervisar todo lo que hagan los chicos durante todo el tiempo.