Elmer Ancona Dorantes
El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se encuentra entre la espada y la pared, con la punta del cuchillo bien afilado en la garganta, en medio de los escándalos de corrupción y hasta de criminalidad de uno de sus más connotados colaboradores: Adán Augusto López Hernández.
El prominente coordinador de la bancada de Morena en el Senado ya colocó a la Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, en la disyuntiva de entregarlo o no a la justicia mexicana.
No se trata de un simple “resbalón político” el que tuvo el político tabasqueño al haber nombrado a su amigo Hernán Bermúdez Requena al frente de la Secretaría de Seguridad Pública durante su administración como gobernador de Tabasco.
El hoy policía prófugo de la justicia, que anda brincando de país en país para escabullirse de la justicia, fue acusado recientemente por la Secretaría de la Defensa Nacional de ser la cabeza del grupo criminal “La Barredora”. Eso colocó a Adán Augusto en la mira de todo México.
Ya no hay nada que pueda ocultar el líder del Senado. Cuando un comandante de Zona Militar, en este caso el General Miguel Ángel López Martínez, informa que Bermúdez Requena forma parte del grupo criminal “La Barredora”, célula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), es porque los datos de Inteligencia Militar lo pueden corroborar.
Desde el 5 de abril de 2022, cuando se publicaron informes en los que se mencionaba al Secretario de Seguridad de Tabasco como parte de este grupo de narcotraficantes y huachicoleros, también se señalaba que Adán Augusto estaba al tanto de esas operaciones.
En algunos informes de Inteligencia Militar, publicado por el grupo Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), se mencionan conversaciones entre delincuentes que se refieren directamente al “gobernador” como aliado del líder delictivo.
“Pantera (líder del grupo criminal) está con el gobierno, está con el gobernador”, dice el informe de Inteligencia Militar de mayo de 2021, extraído de los archivos de la Sedena por el colectivo de hacktivistas Guacamaya.
En entrevista con Ciro Gómez Leyva, Adán Augusto dijo hoy: “No, la verdad es que no sospeché. Si hubiese yo sospechado de él, pues inmediatamente lo hubiésemos separado del cargo”.
“Es un policía de trayectoria en Tabasco, lo conocí cuando yo era subsecretario de Gobierno… Era una gente de trayectoria ahí en Tabasco”, detalló durante la entrevista.
Primera pregunta: Para ser subsecretario de Gobierno, el alma política de toda administración ¿no se necesita, obligadamente, tener información precisa y corroborada de esos personajes con mala fama?
Segundo cuestionamiento: Adán Augusto dice que de haber sabido “lo hubiésemos separado del cargo” ¿Nada más eso? ¿No se le hubiese perseguido y hasta procesado judicialmente?
Pero no, el ex gobernador premió al “policía” con pésimos antecedentes con la titularidad de la Secretaría de Seguridad Pública. Bastante sospechoso lo que hizo ayer y lo que dice hoy el senador.
En la reunión del Consejo Nacional de Morena de este fin de semana, Adán Augusto se atrevió a decir a los medios de comunicación: “Tenemos que cerrar filas con la presidenta Claudia Sheinbaum y con su gobierno”. Le tira la papa caliente.
Quizá el coordinador de la bancada de Morena en el Senado no ha entendido que, al menos por el momento, la Presidenta no tiene nada qué ver con el escándalo que lo tiene en la mira. Quien está en problemas es él, no ella.
Si la líder nacional de Morena, Luisa María Alcalde, quiere “cerrar filas” con el senador, como lo ha hecho hasta ahora, ese es su problema, pero la Presidenta de la República no tiene porqué resultar manchada con este escandaloso caso de corrupción y criminalidad.
De ser señalado por los tribunales mexicanos como cómplice de Bermúdez Requena, el senador Adán Augusto podría ser incluso calificado por el gobierno de Estados Unidos de “terrorista” y un riesgo para su país, por lo que podría llamarlo a comparecer ante la justicia estadunidense.
Adán Augusto, con toda seguridad, es la punta del iceberg de toda una red de corrupción y criminalidad que pone en “máxima alerta” a Morena como partido político y como gobierno.
Bien lo dijo recientemente José Ramiro López Obrador, secretario general del Gobierno de Tabasco, que pronto va a salir a relucir la podredumbre, la “pus” de este caso que salpicará a más de uno.
¿Estará dispuesta Claudia Sheinbaum a respaldar a Adán Augusto cuando el senador ha dado muestras públicas de que no está con ella, sino con el hijo de López Obrador?
¿Correrá Sheinbaum Pardo el riesgo de exponer al gobierno federal, a su administración, a la propia Presidencia de la República, por no “tocar” al que es considerado como “el hermano” de su ex jefe político?
Lo que pase con Adán Augusto, de ahora en adelante, marcará el rumbo no sólo de Morena, sino de toda una administración que apenas comienza.
La moneda en el aire decidirá si se quiere seguir viviendo como Movimiento o desaparecer como cómplices de la criminalidad.
He aquí la disyuntiva, la auténtica encrucijada: entregar una cabeza o morir en el intento.
@elmerando