- Verónica Castro cree que no debe normalizarse el machismo y su impunidad, por lo que confía en que la lucha femenina siga.
STAFF / AR
SAN MIGUEL DE ALLENDE, GUANAJUATO.- Para hacer frente al acoso y la violencia que vivían las mujeres al inicio de su carrera, Verónica Castro “toreaba” situaciones incómodas fingiendo no entenderlas, ya que nunca se ha considerado una persona de confrontaciones.
Pero en este momento la actriz, cantante y conductora no cree que deba normalizarse el machismo y su impunidad, por lo que confía en que la lucha femenina siga.
Al recibir el premio Musa ayer, que le otorgó la Asociación de Mujeres en el Cine y la Televisión, la protagonista de la telenovela Rosa Salvaje dedicó el reconocimiento a la lucha femenina por contar con espacios libres de violencia de género.
“Celebramos el lugar que hemos ganado, pero también reconocemos lo mucho que nos falta de camino por hacer. Mientras sigan existiendo abusos, desigualdades, silencios impuestos, no podemos conformarnos. No quisiera conformarme, tenemos que seguir adelante.
“Tenemos que protegernos entre nosotras mismas hablándole a las mujeres, construir espacios donde la mujer pueda crear sin miedo, donde pueda dejar de ser cuestionada y sin que nadie le apague su luz”, dijo la estelar de Los Ricos También Lloran.
La sexualización, recordó Castro durante su clase magistral previa al homenaje, en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF), fue algo que impidió que hiciera más cine del que hubiera deseado.
En el filme El Arte de Engañar (1972), la actriz hizo su única escena de desnudo, con la que se sintió por completo incómoda. Temblaba tanto que tuvieron que darle un relajante para el rodaje.
Por mucho tiempo, dijo, le ofertaron principalmente películas que incluían desnudos, algo que rechazó.
Durante el homenaje, donde también se honró a la productora Rosy Ocampo, la conductora de Mala Noche. ¡No! contó que antes las mujeres debían demostrar su valor mucho más que los hombres, por lo que lidiaban con múltiples obstáculos.
Si bien le parece destacable que pese a ello las mujeres lograron contar historias en las pantallas, su esperanza está en que llegue un momento donde las industrias sean justas y no haya barreras par que exploren sus talentos.
“He tenido el privilegio de vivir muchas vidas dentro de la pantalla, pero detrás de las cámaras, como mujer, he vivido muchas luchas que no se vieron y tal vez no se verán. Por eso este premio lo recibo con humildad, con mucha humildad.
“Pero también con mucha fuerza porque son mujeres, porque cada reconocimiento que se le da a una mujer en el cine es una semilla de igualdad. Estoy segura de que las próximas generaciones recogerán un campo mucho más justo, más libre y mucho más humano”, celebró la estrella, quien también recibió la Cruz de Plata otorgada por el GIFF.