- En lo que va del año, tropas militares, elementos de seguridad y hasta civiles han sido blanco de al menos seis ataques con artefactos explosivos.
STAFF / AR
CIUDAD DE MÉXICO.- En lo que va del año, tropas militares, elementos de seguridad y hasta civiles han sido blanco de al menos seis ataques con artefactos explosivos, ya sea minas ocultas bajo tierra u objetos lanzados con drones.
Esto ha dejado un saldo de nueve personas muertas y seis más heridas, entre ellos un General de Brigada y Comandante de Zona Militar en Chihuahua.
En paralelo, las Fuerzas Armadas han asegurado y localizado más de un centenar de drones y minas principalmente en Michoacán, Jalisco, Tamaulipas, Sinaloa y Chihuahua, de acuerdo con fuentes castrenses.
Indicaron que las agresiones documentadas provienen principalmente del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), organización que recluta a ex militares colombianos, de acuerdo con información federal.
“La proliferación de narco-laboratorios hizo que este cártel contaminara de explosivos los caminos para llegar a ellos; desde 2020, este fue el principio de esta práctica que tiene limitada al Ejército”, dijo un mando militar.
“En ese entonces amenazaron a varias tropas de Artillería (del Ejército) para que pasaran a las filas del ese grupo, pero se evitó, por la doctrina, por formación de la Defensa.
“Y ese grupo optó por reclutar a colombianos expertos en este tipo de artefactos, porque el CJNG tiene una expansión en Colombia, en términos además de drogas sintéticas”.
La fuente indicó que los colombianos han apoyado en el armado de los artefactos explosivos, al grado de destruir un vehículo militar blindado, como los Sand Cat, que resisten hasta una carga de 20 kilos de TNT.
El pasado 28 de mayo, ocho militares mexicanos de la Fuerza Especial de Reacción Inmediata (FERI) murieron tras la explosión de una narco-mina en los límites de Michoacán y Jalisco.
“El Sand Cat en el que viajaban quedó prácticamente desarmado tras el impacto.
“Han subido hasta 2.7 kilos de explosivos en drones, el armado de estos artefactos está más allá de lo casero”, alertó el mando, quien se encargó de recopilar los indicios de esos artefactos para llevarlos para su análisis en laboratorios de la Defensa.
Las fuentes añadieron que los criminales utilizan drones que son fáciles de conseguir en el mercado, con autonomías de hasta 30 minutos, con una operación de hasta cinco kilómetros, lo que dificulta la localización del manejador.
Esos drones, precisaron las fuentes, además son utilizados para el transporte de químicos, drogas ya elaboradas o municiones de un punto rural a uno urbano.
Los aparatos no tripulados también son de gran utilidad para los delincuentes para el espionaje de los movimientos de las Fuerzas Armadas, así como de sus cuarteles.
En cuanto a las minas colocadas bajo el terreno, las fuentes admitieron que estas son cada vez más destructivas y colocados “al estilo militar”, en “familias” o en fila, para efectos más destructivos, por ejemplo, de un convoy de seguridad.
Ayuda externa
Tras la agresión con una mina el pasado 28 de mayo, en la que murieron ocho militares mexicanos, la Defensa detuvo a 17 agresores, entre colombianos y ex militares con entrenamiento.
Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, informó sobre el reclutamiento de ex militares procedentes de Colombia para sumarse a las filas del CJNG y, en menor medida, el Cártel de Sinaloa.
El 4 de junio, el Presidente de Colombia, Gustavo Petro, reveló que ex militares y militares en activo de su país operan como sicarios de cárteles en México.
La presencia de colombianos en apoyo a la organización que encabeza Nemesio Oseguera, “El Mencho”, ha sido presumida en videos en territorio michoacano.
Entre 2020 y 2024, las tropas del Ejército han sido blanco de 625 ataques del crimen organizado con drones con explosivos y minas ocultas debajo de la tierra, como los utilizados en conflictos bélicos.
El Ejército admite que actualmente muchas de sus unidades tienen la dificultad de localizar las minas por falta de equipo para inhabilitar los drones de la delincuencia, para realizar mapeos de terreno y para detectar “irregularidades” en el camino para proceder a la localización de un explosivo.
El aumento de los ataques con drones y minas este año coincide con un mayor despliegue de operaciones de fuerzas federales en los límites de Jalisco y Michoacán, donde han sido detectados movimientos de cabecillas, principalmente del CJNG, indicaron las fuentes militares.
Tras los ataques a sus tropas, la Defensa proyectó desde 2024 la adquisición de sistemas antidrones, capaces de detectar artefactos como las minas antipersonales y los sistemas no tripulados con explosivos caseros.
En aquella ocasión lo hizo para sus unidades operativas de la XII Región Militar, con sede en Irapuato, Guanajuato, y con influencia en Michoacán y Querétaro.
Para este año proyecta el mismo plan en Jalisco, que abarca Colima, Nayarit, Aguascalientes y Zacatecas. Los proyectos alcanzan los 2 mil millones de pesos.