- La Secretaría de Salud reportó ayer que el número de decesos por la explosión de una pipa registrada en el Puente de la Concordia subió a 15.
STAFF / AR
CIUDAD DE MÉXICO.- La Secretaría de Salud (Sedesa) reportó ayer que el número de decesos por la explosión de una pipa registrada en el Puente de la Concordia subió a 15.
Al corte de las 10:00 horas de ayer la cifra había sido actualizada a 14, sin embargo, en el comunicado de las 22:00 horas se reportó un deceso más.
Jesús Joel murió ayer después de luchar durante cinco días con las lesiones por las quemaduras que afectaron más del 95 por ciento de su cuerpo.
“Será una fecha memorable, pero por lo que nos pasó”, lamentó uno de sus tíos.
La familia de Joel se mantuvo día y noche al exterior del Hospital mientras el joven era atendido, sin embargo, tras la noticia de su muerte, comenzaron con los preparativos para trasladarlo al estado de Puebla, de donde era originario.
“Era alegre, le gustaba mucho jugar futbol, lo cuidamos como un hijo desde que era niño”, dijo otro de sus tíos que esperó hasta que la carroza fúnebre salió del nosocomio por la tarde.
En tanto, segunda víctima mortal del siniestro reportada ayer se encontraba internada en la Unidad Médica de Alta Especialidad Dr. Victorio de la Fuente Narváez, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en carácter de desconocida.
“Desafortunadamente, la persona estaba en calidad de desconocida y, hasta el momento, no se ha logrado establecer contacto con ningún familiar. Nuestra solidaridad está con todas las víctimas y familias en estos momentos difíciles”, apuntó la dependencia en un comunicado.
Actualmente, 37 personas se mantienen hospitalizadas y 31 ya han sido dadas de alta.
SIN FESTEJOS
Mientras algunas personas alistaban sus fiestas de Independencia con platillos tradicionales y vestimentas tricolores en múltiples zonas la Ciudad, afuera del Hospital General Rubén Leñero, en la Alcaldía Miguel Hidalgo, el ambiente era solemne y apenas se recordaba el festejo patrio.
A la hora del desayuno, la comida y la cena no había antojitos, sino alguna torta o guisado que prepararon funcionarios y voluntarios, quienes las repartían entre las familias que siguen esperando noticias de la evolución médica de sus seres queridos.
Sin embargo, mantener viva la esperanza es lo más difícil para quienes permanecen en la entrada del Hospital.
Tal es el caso de los seis hermanos, hijos, sobrinos y parientes de Erick, conductor del microbús que quedó calcinado por las flamas del siniestro.
Pese a que sus lesiones por quemaduras abarcan prácticamente la totalidad de su cuerpo, su familia no deja de esperar lo mejor para él.
“Está muy grave”, dijo su hermano Daniel, quien debió buscarlo en cinco hospitales antes de que le confirmaran que se encontraba en el Rubén Leñero.
“Ahora sí que a la voluntad de Dios. Nos dijeron que es imposible que se salve, pero primeramente Dios salga”, añadió.
Además de la esperanza, sentían incertidumbre tanto por la falta de detalles sobre el estado de salud de Erick y la posibilidad de trasladarlo a un nosocomio con mejor equipamiento, como por la ausencia de la empresa Silza, la cual estaba a cargo del transporte de la pipa.
Asimismo, han acusado la falta de apoyos económicos por parte de las autoridades capitalinas que les permitan brindarle una mejor atención médica a Erick.