Elmer Ancona Dorantes
¡Vaya que son omisos e ignorantes! Es lamentable ver a gobernantes torpes, ineficaces para administrar estados y municipios en plena desgracia por desastres naturales, hechos que son más previsibles con el paso del tiempo.
Parece que en México arribaron al poder políticos sin preparación alguna en materia de protección civil, de políticas públicas para situaciones de alto riesgo, incapaces de ver más allá de sus narices.
Pocos son los gobernadores de este país que saben afrontar los acontecimientos naturales que ponen en jaque a una población cada vez más vulnerada por la ausencia de decisiones atinadas de los políticos que la dirigen.
Las permanentes omisiones de los funcionarios públicos -empezando por las cabezas-, están llevando a la gente, a la población al matadero ¡Y vaya que hay múltiples ejemplos para sustentarlo!
La falta de previsión ante escenarios de crisis o de riesgo hace que estos “gobernantes” no sepan cómo actuar ante la explosión de una pipa cargada con miles de litros de combustible, circulando por las avenidas más transitadas de la ciudad.
Hace que los “gobernantes” no sepan qué hacer ante las inundaciones provocadas por las torrenciales lluvias que inundan cientos de colonias, múltiples alcaldías, todo por no tener un buen sistema de drenaje y de reacción inmediata ante el caos que se genera.
Aún más, hace que estos “gobernantes”, ya sea presidentes municipales o mandatarios estatales, no sepan mover un dedo ante los desastres naturales de gran envergadura, provocados por el desbordamiento de ríos y el desfogue de presas.
Al tomar posesión en sus cargos, el primer paso que deberían dar estos “gobernantes” sería reunirse con los expertos en riesgo, con los coordinadores de Protección Civil, para analizar el estado en que se encuentran las demarcaciones (municipios, alcaldías, estados) que administran.
¡Pero ni eso pueden hacer! Se les va la vida en discursos sin sustento, en palabrería hueca, en actos demagógicos que sólo sirven para dejar pasar el tiempo sin utilizar su presupuesto, sus recursos, para proteger a sus ciudades.
La construcción de Atlas de Riesgo es una de las tareas más elementales que deberían tener en cuenta esos gobernantes, para saber qué hacer ante escenarios de elevada crisis que ponen en peligro la vida de los habitantes.
Veamos la realidad
Los Atlas de Riesgo de los estados deben estar alineados a la perfección con los estándares de supervisión en todos los municipios -sobre todo de aquellos más vulnerables-, a través de mapas de peligros, de elevada exposición o grave riesgo.
Todos los estados deben tener una legislación que obligue a los presidentes municipales a tener programas internos de protección civil, dictámenes estructurales y un plan de acción ante emergencias.
Hay una gran cantidad de municipios en el país -de los 2 mil 478- que se ven altamente vulnerables por los deslaves de cerros y montañas, por el desbordamiento de ríos, por el desfogue de presas, por ductos petroleros, por sismos de gran magnitud.
Y pese a todo este panorama, muy pocos son los que cumplen con la normatividad en la materia, pocos son los que se preocupan por tener mapas de riesgo actualizados, un Atlas de Riego integral y eficaz que les permita proteger a la población ante posibles desgracias.
Los Atlas de Riesgos, se les ha dicho hasta el cansancio a las autoridades estatales y municipales, ofrecen visores y datos para ubicar declaratorias y peligros, útiles para estimar necesidades de actualización por entidad.
El caso de Veracruz es patético; de acuerdo con registros del Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (Igavim), sólo 41 de 212 municipios cuentan con Atlas de Riesgo, y tan sólo ocho han sido actualizados en los últimos seis años.
La Secretaría de Protección Civil estatal ha reconocido que muchos municipios veracruzanos no cuentan aún con Atlas actualizados; las autoridades han enfatizado que debe ser una “herramienta pública y gratuita” para toda la población, usada para la toma de decisiones, planificación territorial y mitigación de riesgos.
En 2025, la propia Secretaría de Protección Civil del estado declaró que la ausencia del Atlas Municipal limita la capacidad de respuesta frente a fenómenos como huracanes, inundaciones, deslaves o incendios.
Puebla es otro caso patético que llama seriamente la atención. De acuerdo con reportes recientes del Igavim, sólo 38 de los 217 municipios del estado cuentan con un Atlas de Riesgo actualizado o vigente.
El Atlas de Riesgo estatal tiene presencia en el portal nacional y estatal, pero varios municipios reconocen rezago en la actualización.
“La voluntad de actualizar existe, pero la ejecución parece parcial”, admiten las autoridades.
Diversos municipios -la mayoría- dicen estar pendientes de la actualización de esta herramienta y reconocen la necesidad de modernizarla; no obstante, por lo que se está viviendo recientemente debido a los desastres naturales, la decisión resulta demasiado tardía.
Hidalgo es otro claro ejemplo de lo que no se está haciendo correctamente en materia de Protección Civil. A nivel municipal existe un rezago significativo, ya que en junio de 2025 se reportó que sólo 63 de los 84 municipios de Hidalgo tenían su Atlas de Riesgo actualizado.
Sin embargo, en otros reportes se indica que únicamente 22 municipios contaban con un Atlas de Riesgo activo o formalmente reconocido.
Y lo peor de todo: la Subsecretaría de Protección Civil de Hidalgo ha subrayado que los municipios que no han actualizado sus Atlas de Riesgo son precisamente aquellos donde ocurren deslaves e incidencias más severos.
Esta Subsecretaría advirtió recientemente que el Atlas de Riesgo no sólo es un documento técnico, “sino una herramienta para salvar vidas”. Demasiado tarde. En los últimos acontecimientos fallecieron casi 50 personas.
Y para concluir con estos ejemplos fatídicos de muerte y destrucción, tenemos que “el Atlas de Riesgo estatal ha estado desactualizado tras 14 años de inactividad”.
Recientemente se informó que sólo 10 de los 43 municipios de Tamaulipas cuentan con Atlas de Riesgo actualizados, y que el resto (33) aún están en proceso de actualización.
Tras omisiones pasadas, debe recuperar terreno en este tema, pues decisiones importantes en Protección Civil han estado basadas en mapas desactualizados”, reportan las autoridades.
En conclusión, podemos decir que de los estados más afectados recientemente por los desastres naturales (Veracruz, Puebla, Hidalgo y Tamaulipas), ninguno tiene Atlas de Riesgo actualizados y dispuestos para proteger la vida de la gente, principalmente de la población más vulnerable, la más expuesta al peligro.
Por eso podemos decir, con toda claridad, que las autoridades estatales y municipales de toda esta región son ignorantes, omisos y hasta criminales por no haber tomado decisiones apropiadas a tiempo. Es tiempo de presentar renuncias.
@elmerando