- Quintana Roo y UNICEF refuerzan acciones ante rezagos en atención a la niñez.
STAFF / LUCES DEL SIGLO
CANCÚN, Q. ROO.- Con altos índices de violencia intrafamiliar, desigualdad y deserción escolar que siguen golpeando a la infancia y adolescencia quintanarroense, el gobierno estatal y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) unieron esfuerzos para replantear la estrategia de protección y atención a este sector.
Durante tres días de trabajo en Cancún, la gobernadora Mara Lezama Espinosa y la presidenta honoraria del DIF Quintana Roo, Verónica Lezama Espinosa, encabezaron una serie de mesas de diálogo con el representante de UNICEF en México, Fernando Carrera, con el propósito de afinar políticas públicas que respondan a los desafíos reales que enfrentan miles de niñas, niños y adolescentes en la entidad.
El encuentro, que reunió a representantes de las secretarías de Salud, Educación, Seguridad, Turismo, Bienestar y de las Mujeres, así como del DIF estatal y la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, buscó pasar del discurso a la acción: diseñar mecanismos de prevención, atención y restitución de derechos frente a la creciente vulnerabilidad que enfrentan menores de edad en comunidades rurales y zonas turísticas.
“En Quintana Roo las infancias están primero, no en el discurso, sino en las decisiones. Con el apoyo de UNICEF y el trabajo coordinado entre instituciones avanzamos hacia un futuro más justo, más seguro y con más oportunidades para todas y todos”, aseguró la gobernadora Lezama durante una de las sesiones.

El representante de UNICEF destacó que el estado enfrenta desafíos estructurales: explotación laboral infantil en zonas turísticas, embarazos adolescentes por encima del promedio nacional y carencias en servicios de salud mental para menores víctimas de violencia. La colaboración con el gobierno estatal, dijo, busca cerrar brechas y establecer políticas públicas alineadas con los estándares internacionales de protección infantil.
Por su parte, la presidenta honoraria del DIF, Verónica Lezama, subrayó que la coordinación entre instituciones es clave para lograr cambios tangibles.
“No se trata de programas en papel. Queremos que cada niña y niño crezca en un entorno seguro, con amor, educación y oportunidades. Ese es el reto y hacia allá dirigimos todos nuestros esfuerzos”, señaló.
Las mesas de trabajo permitieron revisar avances en proyectos de salud emocional, prevención de violencia, protección de derechos y promoción del bienestar integral. También se discutió la urgencia de mejorar los sistemas de detección y respuesta ante casos de maltrato y abuso, que muchas veces quedan sin denuncia o seguimiento.
Según datos de UNICEF, uno de cada tres menores en Quintana Roo ha experimentado alguna forma de violencia física o psicológica, y las tasas de abandono escolar se disparan en comunidades rurales e indígenas donde el acceso a servicios básicos sigue siendo limitado.
El reto, reconocieron los asistentes, es construir un modelo de atención más eficaz que involucre a escuelas, autoridades locales y sociedad civil, con mecanismos de seguimiento reales y presupuestos suficientes para sostenerlos.
Aunque la colaboración con UNICEF no es nueva, la administración estatal busca ahora consolidarla en una estrategia permanente, con indicadores medibles y políticas que trasciendan sexenios. En palabras de uno de los funcionarios participantes, “la diferencia será si esto se traduce en resultados visibles y no solo en buenas intenciones”.