- De acuerdo a la propia Corte, ahora hay áreas nuevas pensadas específicamente para acercar a la Corte con la gente.
STAFF / LUCES DEL SIGLO
CIUDAD DE MÉXICO.- El nuevo Reglamento Orgánico de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), vigente desde el pasado 10 de diciembre, era la pieza que faltaba para ajustar su funcionamiento a la actual etapa, pues es el instrumento que organizará internamente al máximo tribunal del país, qué oficinas tendrá, qué tareas hará cada una y cómo se relacionarán entre sí.
Pero lo más llamativo, de acuerdo a la propia Corte, no es el esquema en sí sino el enfoque: ahora hay áreas nuevas pensadas específicamente para acercar a la Corte con la gente.
Una de ellas es la Dirección General de Atención y Participación Social, que recibirá solicitudes ciudadanas y ayudará a conectar los temas de justicia con las personas que antes quedaban fuera del sistema.
También está Plural TV, el canal de la Corte, que ahora podrá trabajar con radios comunitarias, escuelas y medios indígenas para que su trabajo llegue a más lugares y más personas.
Y las Casas de los Saberes Jurídicos buscarán difundir el conocimiento legal y los derechos humanos en todo el país, especialmente donde menos ha llegado la justicia.
Otro cambio importante es el uso del lenguaje. La información ya no será exclusiva para especialistas. El Semanario Judicial, por ejemplo, se digitaliza y se traducirá a lenguas indígenas.
Todo lo que publique la Corte deberá ser accesible para personas con discapacidad. Incluso el archivo histórico tendrá nuevas reglas para preservar y difundir la memoria institucional.
Además, el reglamento incorpora medidas para asegurar que haya paridad de género en todas las áreas, y establece normas contra la violencia y la discriminación dentro del tribunal. Son cambios que no solo afectan el organigrama, sino el ambiente laboral y la cultura institucional de la Corte.
El Reglamento también establece políticas claras para asegurar la paridad de género en todas las áreas y contempla medidas institucionales contra la violencia, la discriminación y el acoso. El Semanario Judicial de la Federación igualmente se moderniza: se digitaliza, se traduce a lenguas indígenas y se vuelve más accesible a personas con discapacidad.
El nuevo marco orgánico también formaliza nuevas funciones para la presidencia de la Corte, incluyendo la facultad de presentar postulaciones ante el Pleno para ser consideradas en procesos de elección judicial, aunque estas deben ser aprobadas por mayoría calificada y luego enviadas al Senado, conforme al artículo 96 constitucional.
Frente a esta nueva organización, el contraste con la antigua estructura del Poder Judicial resulta evidente. Antes, la Corte operaba con un modelo basado en dos salas y una presidencia con facultades acotadas.
Las tareas administrativas y de comunicación estaban centralizadas, con poca articulación con la sociedad y sin mecanismos definidos de participación ciudadana. La producción jurisprudencial estaba limitada al acceso especializado y carecía de formatos inclusivos.
En cambio, el modelo actual define una estructura más horizontal y especializada, que busca integrar funciones sociales, culturales, educativas y de transparencia en la labor jurisdiccional. Las áreas de documentación, archivo histórico y gestión institucional se fortalecen con estándares modernos, y se articulan con las nuevas direcciones para construir una Corte funcionalmente moderna y más vinculada con la ciudadanía.
El nuevo Reglamento, según la actual Corte, no solamente da orden legal a estos cambios, sino que representa el instrumento técnico que concreta una nueva etapa en la vida del máximo tribunal. Con su entrada en vigor, se establece un precedente organizativo que pretende responder a los principios establecidos en la reciente reforma judicial: pluralismo, paridad, justicia abierta y fortalecimiento de la independencia judicial.




