- Mientras la venta de autos nuevos va a la baja la de seminuevos toma impulso.
STAFF / LUCES DEL SIGLO
CIUDAD DE MÉXICO.- Como si se tratara de un vehículo que avanza cuesta arriba y comienza a perder potencia, el mercado automotriz mexicano está mostrando señales de fatiga. Las cifras más recientes del SimIndex, elaborado por SimDataGroup (SDG) en colaboración con la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), retratan una realidad que ya no se puede ignorar: el mercado de autos nuevos va perdiendo velocidad.
Entre julio y septiembre de 2025, las ventas de vehículos nuevos descendieron de forma consecutiva: 13.4 % en julio, 15.9 % en agosto y 1.9 % en septiembre, respecto a los mismos meses del año anterior. Y aunque la caída acumulada del 6.4 % no parece dramática, sí confirma que el motor del crecimiento postpandemia ha comenzado a detenerse.
La explicación no está solo en las estadísticas. Según la AMDA, el país podría estar entrando en una etapa de estancamiento en el sector automotor. Los distribuidores, que son los primeros en sentir la baja afluencia de clientes, reconocen que la incertidumbre económica, los cambios en las políticas comerciales y la cautela del consumidor están reconfigurando el mercado.
Un nuevo actor en ascenso
Pero mientras las agencias de autos nuevos enfrentan un panorama de ventas lentas y rotación más baja —con inventarios detenidos hasta 43 días en promedio—, los autos seminuevos toman la delantera.
El mismo informe del SimIndex revela que las ventas de autos seminuevos han aumentado 9.1 % en julio y cerraron el acumulado enero-septiembre con un crecimiento del 2.5 %, rompiendo la tendencia negativa del mercado de nuevos. Los consumidores, cada vez más cautelosos, optan por vehículos con menor kilometraje y precios más accesibles, frente a los altos costos de los modelos recién salidos de fábrica.
Este cambio de carril en las decisiones de consumo es interpretado por los analistas como un síntoma claro de transformación en el perfil del comprador mexicano: más racional, menos impulsivo y con preferencia por el valor funcional sobre la novedad.
Las marcas en silencio
En medio de esta desaceleración, las grandes armadoras han guardado silencio público. Hasta ahora, no hay declaraciones directas de las principales marcas sobre el reporte.
Sin embargo, algunas han comenzado a ajustar su estrategia: reposicionamiento de modelos, incentivos, mayor enfoque en financiamiento, o incluso replanteamiento de su portafolio ante los cambios en la demanda.
Mientras tanto, la AMDA insiste en que el mercado aún no está en crisis, pero sí en una fase de enfriamiento que podría prolongarse si no se toman medidas que reactiven la confianza del consumidor y faciliten el acceso al financiamiento.
El futuro inmediato
La escena recuerda a un auto detenido en una ligera pendiente: no está averiado, pero tampoco avanza con la fuerza de antes. Si no se pisa el acelerador con decisión —ya sea con incentivos, ajustes en precios o mejoras en las condiciones de compra—, el vehículo corre el riesgo de quedar varado.
Por ahora, el segmento de seminuevos parece tomar el volante, y la industria, obligada a mirar por el retrovisor, deberá redefinir su ruta si quiere retomar la velocidad perdida.




