- El arzobispo de Monterrey, Monseñor Rogelio Cabrera López, llamó a iniciar el 2026 con buenas decisiones para fortalecer a la familia y sin cerrar los ojos al dolor de los más inocentes.
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MONTERREY, NL.- El arzobispo de Monterrey, Monseñor Rogelio Cabrera López, llamó a iniciar el 2026 con buenas decisiones para fortalecer a la familia y sin cerrar los ojos al dolor de los más inocentes.
Esto, tras encabezar una peregrinación para cerrar el Año Jubilar 2025 en el que se conmemoró la Encarnación de Jesús.
“Y ahora que el año 2026 llama a la puerta, no entremos a ciegas ni con promesas vacías, iniciemos con esperanza, pero con buenas decisiones”, reflexionó.
En el calendario de la Iglesia Católica coincidieron una jornada dedicada a la Sagrada Familia, festividad dominical que sigue a la Navidad, con la de los Santos Inocentes, que recuerda la matanza de niños cuando el Rey Herodes buscaba acabar con la vida de Jesús.
“No debemos celebrar sin hacer conciencia, ya que la fe no es anestesia, la fe nos hace despertar”, dijo.
“Nos pide ponernos del lado de la vida, nos exige proteger a los pequeños, a los frágiles, a los que no tienen voz. No hay Navidad auténtica si cerramos los ojos ante el dolor”.
En su mensaje a la comunidad en un día popular por una cultura de bromas, Cabrera López aludió a un sentido profundo al pedir escuchar el grito de los Santos Inocentes.
“La violencia que los alcanzó no es cosa del pasado, sigue habiendo inocentes heridos por la guerra, la pobreza, la indiferencia, el descarte y la mentira”, dijo.
Al mismo tiempo, fue la ocasión para cerrar en la Arquidiócesis regia el Año Jubilar, declarado en el 2024 por el fallecido Papa Francisco para fortalecer la fe.
Un Año Jubilar se celebra cada 25 años y este 2025 tuvo el lema de “Peregrinos con esperanza”. En él, la Iglesia católica recordó el aniversario 2025 de la Encarnación de Jesús.
Para este cierre, el arzobispo Cabrera López encabezó una peregrinación por la calle Zaragoza que fue de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, en el extremo norte de la Macroplaza, a la Catedral de Monterrey, del lado sur. En ella participaron fieles de diferentes parroquias.
“Si el jubileo nos volvió más humildes, más fraternos y más responsables, no cerramos una puerta”, dijo Cabrera López. “Hoy sellamos un compromiso. La gracia recibida no se archiva, se pone a trabajar”.
Como parte de su mensaje, el arzobispo también llamó a las familias a tomar el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret.
“La familia de Jesús, José y María es una familia de la que tenemos mucho que aprender, especialmente en los momentos en los que debemos tomar decisiones difíciles y hacer silencios obedientes”, expresó el prelado.
“José confió cuando no entendía del todo. María guardó y meditó incluso lo que le dolía. Jesús creció en lo cotidiano santificando la mesa, el taller y el descanso. Ahí está la clave. Dios eligió salvarnos desde una familia real”.
Invitó a pedir por lluvia, por las vocaciones sacerdotales y por la paz en las ciudades.




