- Dalia Sigue Aquí no es sólo un caso verosímil de lo que pasa en el País, es un discurso narrativo que al final apachurra el corazón.
MAURICIO ANGEL / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando grupos de rastreo entierran varas en el suelo para buscar fosas clandestinas en el corto Dalia Sigue Aquí, el espíritu del padre de la protagonista de 8 años despierta y entra a los pulmones de su familiar y sale liberado.
En la animación, la directora Nuria Menchaca y el productor Carlos Isaac González encontraron los recursos y figuras para transmitir las búsquedas de los sobrevivientes a la desaparición forzada.
“La animación puede ser un motor para dar conocimiento y conciencia a temas de interés nacional, como la desaparición forzada cuando, entre tanta nota periodística y tantos casos día con día, las víctimas se vuelven una estadística irremediablemente.
“El cine, en particular la animación, puede romper eso y presentar el lado sensible, el lado humano; darle su lugar emocional al sufrimiento, una vista humana a la tragedia y por minutos hacen sentir el problema”, explicaron Menchaca y González por correo electrónico.
En su historia, premiada en el Ariel 2020 en la categoría de Corto Animado, una niña anda sola por las calles y se topa con grupos que se organizan bajo la consigna: “Te buscaré hasta encontrarte”.
Mientras la pequeña trata de encontrar a su padre, un transportista extorsionado, se ve rodeada del contexto sobrio que incluye robos, reclamos de derechos, así como la soledad y la tristeza.
“Dalia Sigue Aquí no es sólo un caso verosímil de lo que pasa en el País, es un discurso narrativo que al final apachurra el corazón de la audiencia. Plantea a Dalia como la figura más delicada de México: Es mujer, infante, rural y anda sola.
“Este cortometraje pretende ser una obra que hable de los familiares en búsqueda, de lo que sienten los que se quedan”, detallaron los también profesores del Tecnológico de Monterrey.
La animación se realizó con dibujos hechos a mano con tintas y acuarelas sobre 5 mil 200 páginas de periódicos; cada fotograma existe físicamente.
Los creadores lo conciben como un homenaje al trabajo periodístico que cuenta esas historias, así como una analogía de que la vida sigue y las noticias pasan junto con los días en que gente se mantienen en búsqueda de sus familiares.
El cortometraje fue inscrito al Óscar y, aunque no pasó a la preselección, sus creadores consideran importante compartir el reflejo de los problemas del País con las audiencias del mundo.
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