- Chiapas activa su defensa ganadera: una batalla contra el gusano barrenador.
STAFF/ LUCES DEL SIGLO
TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIAPAS.- En los potreros del Soconusco y la región Chontalpa, donde pastan más de dos millones de cabezas de ganado, se libra una batalla silenciosa pero decisiva. No es contra el mercado, ni siquiera contra los precios: es contra una plaga microscópica pero devastadora, el gusano barrenador del ganado, que ha puesto en jaque a uno de los pilares de la economía chiapaneca.
La estrategia es inusual y científica: liberar moscas. Pero no cualquier tipo de moscas, sino millones de ejemplares estériles que no pueden reproducirse. Al mezclarse con las poblaciones naturales de la especie Cochliomyia hominivorax, estas moscas cortan el ciclo reproductivo de la plaga, provocando su extinción progresiva. Se trata de una medida sanitaria de alto impacto que, según expertos y autoridades, representa la única vía eficaz para contener una amenaza que ha dejado pérdidas millonarias al sector.
El reciente anuncio del gobierno federal sobre la reactivación de la planta de producción de moscas estériles en Chiapas fue recibido con entusiasmo entre ganaderos y autoridades estatales. El senador Luis Armando Melgar, uno de los principales impulsores de la agenda agroproductiva del sur del país, calificó la decisión como un acto de justicia.
“Combatir esta plaga es proteger el patrimonio de miles de chiapanecos que viven del campo. Hoy merecen una oportunidad de producir sin miedo y con dignidad”, declaró Melgar, al destacar que esta medida es un ejemplo de cómo la ciencia y la voluntad política pueden converger en favor del bienestar rural.
UNA AMENAZA QUE PARALIZA
El gusano barrenador, cuyas larvas se introducen en las heridas abiertas del ganado, provoca infecciones severas, mutilaciones y la muerte de animales. Su impacto ha sido tan severo que ha detenido exportaciones, ha encarecido tratamientos veterinarios y ha generado pérdidas por millones de pesos.
Según el Censo Agropecuario 2022, Chiapas cuenta con más de un millón de cabezas de ganado bovino, ubicándose como uno de los principales productores a nivel nacional, sólo detrás de Veracruz y Jalisco. Datos más recientes del SIAP/Sagarpa indican que el inventario para carne se aproxima a los 2.4 millones de reses, con una producción valuada en más de 17,400 millones de pesos tan solo en 2023.
En este contexto, la erradicación del gusano barrenador es más que una prioridad sanitaria: es una urgencia económica.
MUNICIPIOS CLAVE, PRODUCCIÓN BAJO AMENAZA
La reactivación de la planta cobra aún más importancia al considerar que municipios como Tonalá y localidades como Tres Picos —epicentros de la producción bovina— han reportado afectaciones constantes. A su vez, Cárdenas, en la región Chontalpa, destaca con más de 117,000 cabezas de ganado.
Estas zonas no solo alimentan al mercado local, sino que también aportan al abasto nacional y han sostenido proyectos de exportación que hoy están en pausa.
PRODUCCIÓN CON FUTURO
La planta de moscas estériles no sólo abastecerá la estrategia en Chiapas. Será eje de un programa regional que busca erradicar la plaga en todo el país y Centroamérica, estableciendo a la entidad como centro logístico y científico de sanidad ganadera.
“Gracias al liderazgo de nuestro gobernador Eduardo Ramírez, se está sembrando un nuevo horizonte para el campo: con tecnología, con visión sustentable y con corazón”, añadió el senador Melgar al cerrar su intervención.
En un momento en que los datos son tan duros como las heridas que deja la plaga en el ganado, la apuesta es clara: la ciencia será la mejor aliada del campo chiapaneco. Y desde los potreros hasta el Senado, el objetivo es uno solo: rescatar al ganado y con él, la dignidad y economía de miles de familias del sur de México.
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