- La Fed estadounidense recortó las tasas tres veces en 2024, siendo su último movimiento en diciembre.
STAFF / LUCES DEL SIGLO
WASHINGTON, EU.- La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) dejó sin cambios las tasas de interés en el rango de 4.25 a 4.50 por ciento resistiendo a los persistentes llamados del presidente Donald Trump para recortarlas.
El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), el grupo que fija la tasa de interés de los préstamos a un día, votó 9-2 a favor de mantenerla sin cambios.
La decisión se topó con la oposición de los gobernadores Michelle Bowman y Christopher Waller, quienes han abogado por que la Reserva Federal comience a relajar su política monetaria, reconociendo que la inflación está bajo control y que el mercado laboral podría comenzar a debilitarse pronto. Esta fue la primera vez desde finales de 1993 que varios gobernadores no emitieron voto sobre una decisión sobre las tasas.
“Si bien las fluctuaciones en las exportaciones netas siguen afectando los datos, los indicadores recientes sugieren que el crecimiento de la actividad económica se moderó en el primer semestre.
“La tasa de desempleo se mantiene baja y las condiciones del mercado laboral se mantienen sólidas. La inflación se mantiene algo elevada”, expresó el FOMC en su comunicado de política monetaria.
“El Comité busca alcanzar el máximo empleo y una inflación del 2 por ciento a largo plazo. La incertidumbre sobre las perspectivas económicas sigue siendo elevada. El Comité está atento a los riesgos para ambas partes de su doble mandato”, agregó.
El banco central estadounidense recortó las tasas tres veces en 2024, siendo su último movimiento en diciembre.
“Esta mañana se publicaron datos del Producto Interno Bruto (PIB) y del empleo privado en Estados Unidos mejores de lo esperado que, aunque generan optimismo sobre la salud de la economía, también reducen la esperanza de que la Fed ajuste pronto la tasa de interés”, destacó Grupo Financiero Ve por Más (Bx+) en una nota de análisis.
Según datos oficiales publicados este miércoles, el PIB de Estados Unidos aumentó a una tasa anualizada de 3.0 por ciento en el segundo trimestre, por encina del repunte esperado por analistas de 2.4 por ciento anualizado. La economía se había contraído 0.5 por ciento en enero-marzo, la primera caída del PIB en tres años.
No obstante, el dato estuvo muy distorsionado por el comercio, ya la mayor parte del impulso al crecimiento provino de la disminución de las importaciones -que descuentan para el cálculo del PIB-, mientras que la demanda interna sólo aumentó levemente.
“El aumento del PIB real en el segundo trimestre reflejó principalmente una disminución de las importaciones, que son una sustracción en el cálculo del PIB”, declaró el Departamento de Comercio.
A principios de año, las empresas comenzaron a abastecerse para evitar el efecto de las eventuales subidas de las tarifas comerciales anunciadas por Trump, pero las reservas están cayendo.
La prisa por evitar los aranceles había disparado las importaciones en el primer trimestre, lo que provocó un déficit récord en el comercio de bienes que lastró la economía, pero la tendencia se invirtió el trimestre pasado.
“El mercado se tranquiliza con la cifra principal, pero cuanto más se profundiza en ella, más se preocupa. Pone a la Fed en una posición más difícil, con una subida superior a la esperada. Hay una gran cantidad de ruido arancelario en esta lectura”, comentó Ben Laidler, estratega de mercado en Bradesco BBI.
“Está muy distorsionado (el crecimiento del segundo trimestre) por los flujos comerciales y el inventario. Pero la aceleración no es sostenible”, coincidió Kathy Bostjancic, economista jefe de Nationwide.
De este modo, los analistas subrayan que la política comercial proteccionista de Trump ha dificultado la obtención de un pulso claro de la economía, por lo que han instado a centrarse en las ventas finales a compradores privados, consideradas por economistas y responsables de política monetaria por igual como un barómetro del crecimiento económico subyacente de Estados Unidos.
“La economía estadounidense continúa navegando por un complejo conjunto de contracorrientes, lo que dificulta una lectura clara de su impulso subyacente”, declaró Gregory Daco, economista jefe de EY.
“Ahora que la morosidad está empezando a aumentar para los consumidores de altos ingresos, esperamos que el gasto del consumidor se modere aún más en los próximos trimestres”, acotó Jeffrey Roach, economista jefe de LPL Financial.
En cuanto al empleo, las nóminas privadas estadounidenses aumentaron más de lo esperado en julio, según el Informe Nacional de Empleo ADP, aunque el mercado laboral sigue desacelerándose.
Las nóminas privadas aumentaron en 104 mil puestos de trabajo el mes pasado, tras un descenso revisado de 23 mil en junio. Los economistas esperaban un alza de 75 mil puestos de trabajo.
El informe de este día de ADP, elaborado junto al Laboratorio de Economía Digital de Stanford, se publicó antes de que la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo (BLS, por sus siglas en inglés) publique el viernes un reporte más completo sobre el empleo en julio. No existe correlación entre ambos estudios.
El mercado laboral ha perdido fuelle en medio de unas perspectivas económicas inestables derivadas de los aranceles a la importación. El martes, una encuesta del Conference Board mostró que la proporción de consumidores que consideran “difícil” conseguir trabajo alcanzó en julio su nivel más alto en casi cuatro años y medio. Esto es coherente con el elevado número de personas que cobran el desempleo.
*Con información de las agencias Reuters y AFP
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