- Ante las recientes reformas a la Ley de Movilidad local para incluir a los vehículos motorizados eléctricos personales como figura jurídica, hay preocupación sobre su efectividad.
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CIUDAD DE MÉXICO.- Ante las recientes reformas a la Ley de Movilidad local para incluir a los vehículos motorizados eléctricos personales (Vemepe) como figura jurídica, hay preocupación sobre su efectividad al no tomar en cuenta los factores de riesgo de dichos vehículos, además de la dependencia en la coordinación institucional para aplicar las nuevas obligaciones a sus usuarios.
Areli Carreón, representante en la Ciudad de México de la Coalición Movilidad Segura, detalló que la reforma aprobada por el Congreso careció de cualquier tipo de rigor técnico necesario para garantizar la seguridad vial de quienes los usan y tampoco la convivencia del resto de los usuarios de la vía.
“Los siniestros en donde han perdido la vida usuarios de scooter o bicis eléctricas no han sido por no contar con una placa o por no tener casco, sino porque fueron arrollados por vehículos en exceso de velocidad o que iban violentando el Reglamento de Tránsito”, aseguró.
La especialista señaló que, tanto la reforma a la ley como el nuevo reglamento que se deberá de elaborar, tendrá que incluir las vías correspondientes en donde podrán circular dichos vehículos, así como los requisitos para su uso, sus limitaciones, responsabilidades y derechos; sin embargo, no queda claro qué modelo se podría aplicar debido a la falta de socialización por parte de las autoridades.
“No hicieron un trabajo sólido para entender bien, ni siquiera, qué cantidad de estos vehículos hay en circulación, de qué tipo, quiénes los usan, cuáles son los problemas que están enfrentando, datos necesarios para poder ordenar y mejorar la calidad de sus viajes”, aseguró.
Carreón indicó que la ley está incompleta porque no se explica el fenómeno integral de este tipo de movilidad, que se usa principalmente para viajes de cuidado, como llevar a niños a las escuelas, por lo que tendría que tener una atención especializada para procurar desplazamientos seguros.
“Lo único que hicieron es recetar una medicina sin siquiera saber los síntomas, lo que podría llevar a una dificultad en su aplicación”, comentó.
Además de las fallas técnicas y metodológicas para incluir la micromovilidad en el Reglamento de Tránsito local, la también activista señaló que a eso se le añade una dudosa capacidad institucional para vigilar y monitorear.
“Si el Gobierno de la Ciudad no tiene capacidad institucional para regular y hacer cumplir el reglamento para los vehículos motorizados, que ya tienen décadas con el requisito de tener placa, no veo cómo van a tener la capacidad para detener a los miles de vehículos eléctricos nuevos que están en circulación”, apuntó.