- Al evento de la Presidenta de México asistió un mexicano, quien fue repatriado desde Puerto Rico.
STAFF / AR
CAMPECHE, CAMP.- Al evento de la Presidenta de México asistió un mexicano, quien fue repatriado desde Puerto Rico; para exigir protección y justicia ante los malos tratos que reciben por parte de las autoridades norteamericanas.
La concha es acústica, y a lo mejor por eso se oye más el aguacero. O será por el mar que está a unos 200 metros. Muchas personas de las que asistieron al evento de la presidenta Claudia Sheinbaum se fueron desde antes por la lluvia y el calor.
Los que se quedaron fuera del domo donde fue el evento se escaparon corriendo, aunque apenas iba a hablar la mandataria.
Quedaron al final unos 7 mil asistentes con paños morados que les repartieron en la entrada. A algunos los trajeron desde Yucatán, a más de dos horas en combis de Turis Mérida. Arrecia la lluvia, pero nadie se mueve, por allá adelante cae una gotera.
“¿A poco está lloviendo adentro también? Nos apuramos para que no nos mojemos, acá nos pusieron techito”, dice Sheinbaum.
La presidenta ya lleva 21 informes regionales realizados. En cuanto a asistencia, se han registrado aproximadamente en Nuevo León 25 mil personas; en Veracruz, 29 mil; en Puebla, 31 mil, y en Chiapas, apenas ayer, al menos 40 mil.
“Nos critican, nos calumnian, dicen montón de cosas, todos los días inventan. ¿Y qué creen? No pasa nada, el pueblo sigue creyendo en la Cuarta Transformación”, aseguró Sheinbaum.
La concha es acústica, pero no anti calor ni anti sudores. Ya no llueve, pero la gente comienza a irse.
“Van al exterior, imagínense, a Estados Unidos hablar mal del Gobierno de México, ¿saben por qué? porque el pueblo no los quiere y tienen que irse fuera a decir mentiras”, agregó.
Juan Martín Domínguez Espadas, de 62 años, con bigote, y quien fue de camisa de puntitos, fue deportado de Puerto Rico el pasado 13 de mayo. Levanta entre el público una bandera mexicana y una cartulina que dice “Repatriado. ICE (servicio de inmigración de Estados Unidos, por sus siglas en inglés) me robó”.
Llevaba 15 años en Puerto rico y estaba casado con una ciudadana de allá. En esa isla caribeña dejó dos casas, un velero, cuatro vehículos, siete bicicletas, dos perros y dos hijos. Ni siquiera la valija con sus cosas de cuando lo detuvieron le han mandado.
“Después de los seis años del Presidente López Obrador, somos el segundo país menos desigual del continente americano”, sigue diciendo la presidenta.
“Hay mucha diferencia, mucho progreso, mucho adelanto. Yo estoy asombrado porque me perdí 15 años de mi Campeche querido”, dice Domínguez Espadas por encima del ruido.
Le preguntan que si está dispuesto a quedarse en México. “Por un tiempo, sí”, responde.
“¡Viva México! ¡Viva Campeche!”, concluye la presidenta y se va de la mano con la gobernadora del estado, Layda Sansores.
Afuera está todo oscuro. Un vendedor de algodón de azúcar camina hacia el malecón, allá están los camiones.