- Tras más de cuatro horas de protesta frente al Palacio Nacional, en el Zócalo capitalino, integrantes de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios ‘Rafael Ramírez’ (FNERRR) de Oaxaca se retiraron.
STAFF / LUCES DEL SIGLO
CIUDAD DE MÉXICO.- Tras más de cuatro horas de protesta frente al Palacio Nacional, en el Zócalo capitalino, integrantes de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez” (FNERRR) de Oaxaca se retiraron, pero con la promesa de regresar para exigir justicia y respeto al estudiantado.
La movilización que inició este martes alrededor de las 6 de la mañana, con la intención de ser visibilizada por la Presidenta de México, se realizó ante lo que denunciaron como falta de atención del gobierno estatal encabezado por Salomón Jara y de respuesta del gobierno federal que encabeza Claudia Sheinbaum, ante quien habían solicitado audiencia.
Los contingentes, apoyados por jóvenes provenientes también de los movimientos antorchistas de Veracruz, Estado de México, Ciudad de México y Puebla; denunciaron que han sido objeto de violencia en su estado de origen, donde aseguran han sido víctimas de tres actos represivos contra los albergues estudiantiles que han instalado.
El más grave ocurrió el 23 de enero de este 2025, cuando un grupo de encapuchados desalojó violentamente el Albergue Cultural y Estudiantil Villas de Monte Albán en Oaxaca, y el segundo en agosto pasado cuando hombres armados ingresaron al inmueble y saquearon una tienda de abarrotes vinculada al albergue.
Desde las seis de la mañana los estudiantes arribaron al Zócalo capitalino e intentaron ingresar a la Plaza de la Constitución, en una que está restringida por rejas metálicas y resguardo policial.
Tras algunos empujones con elementos de seguridad, lograron colocarse frente a la Puerta Mariana de Palacio Nacional, donde los jóvenes instalaron un templete con bocinas y ahí realizaron una jornada político-cultural que incluyó bailables regionales, consignas y discursos; en los que acusaron al gobernador de Oaxaca, Salomón Jara de mantener una política de “oídos sordos” frente a las demandas juveniles.
Las principales exigencias de la FNERRR son el respeto a las casas del estudiante —espacios que ofrecen alojamiento, regaderas e internet a jóvenes de bajos recursos que se trasladan a la capital para estudiar—.
Pidieron el alto a la represión en Oaxaca y una audiencia con la presidenta Claudia Sheinbaum. “Los albergues son un derecho y los defenderemos hasta la muerte”, gritaron desde el templete, mientras otros coreaban: “La juventud no es un crimen” y “El conocimiento es nuestra arma”.
De acuerdo con los dirigentes, en Oaxaca han intentado mecanismos de protesta pacífica como cadenas humanas, mítines y eventos culturales, pero no han recibido soluciones. Denunciaron que, pese a los desalojos, muchas pertenencias de los estudiantes continúan dentro de los inmuebles y que varios jóvenes se quedaron sin alojamiento seguro para continuar sus estudios.
El profesor de bachillerato Leonel Vega, quien acompañó a los alumnos, explicó que los albergues se sostienen con apoyo gubernamental, donaciones y actividades económicas autogestivas como ventas de dulces o artesanías. “El gobierno desalojó con el pretexto de que no estaban regularizados esos lugares, pero los jóvenes solo buscan seguir estudiando”, indicó.
La Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) informó que ya abrió carpetas de investigación tras el ataque del 5 de agosto en San Martín Mexicapan, donde un grupo de personas armadas ingresó al albergue Villas de Monte Albán y a la tienda “Super Mass”. La Vicefiscalía Regional de Valles Centrales aseguró que se brinda acompañamiento a las víctimas y se investigan los hechos para sancionar a los responsables que denunciaron incluso robo de sus pertenencias.
Al cierre de la manifestación, los estudiantes advirtieron que regresarán a Palacio Nacional en un mes si no son atendidos. “Atacar la educación es un crimen. Volveremos hasta que se escuche nuestra voz”, declararon.