- Desde que el gusano barrenador llegó a México, en noviembre del año pasado, los engordadores del noreste del país han tenido que invertir 900 millones de pesos en sanidad pecuaria, y aun así enfrentan dificultades.
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MONTERREY, NL.- Desde que el gusano barrenador llegó a México, en noviembre del año pasado, los engordadores del noreste del país han tenido que invertir 900 millones de pesos en sanidad pecuaria, y aun así enfrentan dificultades, pues tan solo en Nuevo León hay un déficit de veterinarios capacitados del 58%.
Para los engordadores de la región, la prevención contra el gusano barrenador abarca la contratación de personal especializado, la compra de medicamentos, documentación extra, y la contratación de transporte por hasta 50% más tiempo de lo que se contrataba sin la plaga, para permitir que los veterinarios realicen sus labores.
Héctor de Hoyos, presidente de la Asociación de Engordadores de Ganado Bovino del Noreste (AEGBN), expuso que en Nuevo León sólo hay 50 veterinarios capacitados para atender la plaga, cuando se necesitarían 120, para tener dos por cada uno de los 60 corrales de la entidad.
El líder engordador estimó que los precios por cabeza bovina en la región han subido alrededor de un 25% a partir de que se implementaron medidas sanitarias adicionales contra la plaga, hace diez meses, encarecimiento que se mantendría.
Padecen-en-el-Noreste-costos-p_220018Agregó que en Nuevo León cada año se engordan hasta 650 mil reses, de las cuales 250 mil provienen del sur de la República, tal como la vaca de ocho meses que Estados Unidos reportó infectada con el gusano barrenador el domingo pasado.
Ante la plaga, la llegada masiva de animales para engorda a la entidad está requiriendo un protocolo sanitario doble, tanto desde el origen como a la llegada, el cual contempla la verificación de documentos oficiales y aretes, así como lavados de jaulas y baños de ivermectina.
Sin embargo, según De Hoyos, dejar de movilizar ganado desde el sur provocaría una baja de inventarios, lo que dispararía los precios al consumidor, por lo que el presidente de la AEGBN exigió a los engordadores nuevoleoneses que se apeguen a los protocolos sanitarios, por más costosos que sean.
“Es cierto que se va a seguir encareciendo el producto porque nosotros como engordadores tuvimos que contratar médicos especializados, capacitar a nuestro personal, y comprar más medicamentos. También faltan médicos veterinarios certificados por Senasica”, dijo en entrevista.
“El transporte, si antes se tardaba 10 horas, ahora se tarda 15 porque llega la jaula, los bajan en los puntos de inspección del Senasica, los revisan, los bañan y los vuelven a subir. Esos son costos que la gente no ve; sólo dice ‘está bien cara la carne’, pero es por salud”.