- Especialistas en seguridad advirtieron que México padece una debilidad estructural en su sistema penitenciario, especialmente en los penales de alta seguridad como el del Altiplano.
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CIUDAD DE MÉXICO.- Especialistas en seguridad advirtieron que México padece una debilidad estructural en su sistema penitenciario, especialmente en los penales de alta seguridad como el del Altiplano, que tiene capacidad para 844 reos, pero que se satura de criminales de alta peligrosidad.
“Son una bomba de tiempo”, advirtieron, y se requiere construir más penales de máxima seguridad o que entren en funciones los que ya se construyen.
El Cefereso de Papantla, en Veracruz, por ejemplo, fue diseñado con estándares de máxima seguridad y tecnología de última generación para el control de internos de alto perfil y con capacidad para albergar a más de dos mil reos, pero no ha entrado en operación.
“El gobierno federal tiene que incrementar el presupuesto del sistema penitenciario y mejorar sus políticas”, especificó Gerardo Rodríguez, profesor de Relaciones Internacionales y Ciencia Política, de la Universidad de las Américas Puebla (Udlap).
“Se necesitan capacidades humanas y contratar más personal, pagarles mejor, porque normalmente son los que reciben los peores sueldos en las secretarías de Seguridad de los gobiernos estatales”, explicó.
Esta mañana, la presidenta Claudia Sheinbaum se refirió al tema durante su conferencia mañanera.
Dijo que su gobierno analiza la posibilidad de edificar nuevos centros penitenciarios como parte de un proyecto integral que incluye seguridad y reinserción social.
“Necesitamos también apoyar a los estados en fortalecer estos centros y se está valorando si se requieren más, pero es un proyecto integral que también tiene que ver con reinserción”, expresó.
Gerardo Rodríguez expuso en entrevista que sí debe plantearse la construcción de más penales de alta seguridad y vigilar el ejercicio de los recursos para evitar actos de corrupción, como los cometidos en sexenios pasados.
“La Secretaría de Seguridad Pública federal y el Sistema Nacional de Seguridad Pública y el Sistema Penitenciario tienen que evaluar esas necesidades, y pues sí, si se necesitan tiene que plantearse”, detalló.
Señaló que existe una sobrepoblación de los centros penitenciarios, como consecuencia de “más de 30 mil detenciones en el último año, de los llamados generadores de violencia”.
“Ya estamos empezando a ver hacinamientos, el sistema penitenciario se despresurizó bastante el sexenio pasado por el otorgamiento de algunos perdones.
“Sobre todo porque avanzó el sistema de Justicia penal acusatorio, pero ya empieza a haber signos de mayores presiones por sobrepoblación en el sistema penitenciario. Sí es una bomba de tiempo”, aclaró.
“No quiero ser muy amarillista, pero sí estamos ante un riesgo latente de que se sature de criminales de alta peligrosidad el Altiplano, por ejemplo”, agregó.
“Ayudó muchísimo la entrega de los 55 mexicanos a la justicia estadounidense, sí ayudó a despresurizar.
“Estoy de acuerdo con la declaración de Omar García Harfuch, cuando se entregaron a los últimos 26, el propio Secretario declaró que era una medida para mejorar la seguridad del sistema penitenciario de algunas de las cárceles”, afirmó.
No es funcional
Por su parte, David Saucedo, especialista en Seguridad Pública, manifestó que el esquema actual que tenemos no es funcional, “se tiene que evolucionar, quizás sea una de las tareas más urgentes de Morena”.
“En México, debido a la debilidad estructural que tiene nuestro sistema penitenciario, los penales de alta seguridad, al poco tiempo se convierten en cárceles de alta comodidad para los narcotraficantes de alto nivel, no contienen en realidad a los grupos de narcotráfico, tampoco a sus liderazgos.
“Las cárceles mexicanas no detienen el ilícito, únicamente le dan un anillo de protección a los principales perpetradores de actividades ilícitas”, manifestó.
Expuso que es necesario que se construyan más cárceles, “pero que estén absoluta y completamente blindadas ante el poder corruptor de los grupos de macrocriminalidad”.
“Se requiere, por el tipo de narcotráfico que tenemos en México, que son delincuentes de alto perfil.
“Se requieren estas prisiones de alta seguridad, pero de verdad, no como las que ha habido; hay en México dos, primero fue el de Almoloya y el segundo el de Jalisco.
“Se requieren todavía más, pero que estén absoluta y completamente blindados ante el poder corruptor de los grupos de macrocriminalidad.
“Incluso, en el caso de que se avance en este esquema que los norteamericanos están planteando de procesar a políticos militares, altos jefes policiacos, serían necesarias prisiones adecuadas y especiales para ellos.
“Porque también se trata de personajes con gran poder, que podrían seguir manejando sus respectivas estructuras políticas, policías o militares desde prisión, tal y como ha ocurrido con los narcotraficantes que han estado en custodia”, dijo.