- Destaca American Chamber la fortaleza del turismo en el sureste mexicano, pero también la posición que esta región comienza a tener en sectores tecnológicos como la inteligencia artificial y los servicios digitales.
OMAR ROMERO
CANCÚN, Q. ROO.- Aunque el panorama comercial entre México y Estados Unidos atraviesa un periodo de tensiones y ajustes, no es momento de alarmarse, sino de actuar con responsabilidad y estrategia, afirmó Pedro Casas Alatriste, director general de la American Chamber of Commerce en México.
“No hay que preocuparse, pero sí ocuparse. Estamos en una pausa impuesta por Donald Trump respecto a los aranceles del 30%, y México debe enfocarse en resolver las barreras no arancelarias que la Oficina Comercial de Estados Unidos ha señalado desde hace meses, incluso años”, sostuvo.
Casas Alatriste explicó que la American Chamber trabaja de manera coordinada con la Secretaría de Economía para atender estos pendientes, que incluyen temas de propiedad intelectual, facilitación aduanera, energía y comercio digital, entre otros sectores estratégicos. El objetivo, dijo, es llegar mejor preparados a la revisión del T-MEC, programada para 2026, y reducir los riesgos que podría implicar una renegociación en medio de tensiones políticas o comerciales.
Reconoció que la incertidumbre generada por el proceso electoral en Estados Unidos y las medidas proteccionistas de ese país han provocado una desaceleración de inversiones y menor dinamismo económico durante 2024. No obstante, confió en que las bases del intercambio bilateral siguen firmes y anticipó un repunte en 2025.
“Podríamos estar hablando de una nueva ola de nearshoring, con niveles de actividad incluso superiores a los del pasado”, adelantó.
En el caso del sureste mexicano, destacó que Yucatán y Quintana Roo mantienen su fortaleza histórica en turismo, pero también comienzan a posicionarse en sectores tecnológicos como la inteligencia artificial y los servicios digitales, áreas que podrían convertirse en un nuevo motor de desarrollo económico para México y Norteamérica.
El empresario subrayó además la relevancia del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, proyecto que podría abrir nuevas rutas de conexión hacia la costa este de Estados Unidos, aliviando la saturación de la frontera norte.
También resaltó la importancia de la infraestructura ferroviaria, como el Tren Maya y el futuro tren de carga, que contribuirán a mejorar la conectividad entre regiones. Si bien los trenes de pasajeros no siempre resultan rentables, dijo, su impacto en el desarrollo regional es significativo al generar flujo económico, empleo y nuevas cadenas logísticas.
Casas Alatriste insistió en que la clave para fortalecer la competitividad de México está en mejorar la energía, las telecomunicaciones y la eficiencia aduanera, pilares indispensables para aprovechar las oportunidades del comercio con América del Norte.
Finalmente, el directivo de la American Chamber se mostró optimista sobre el futuro:
“A pesar de los vaivenes y del reordenamiento de las reglas del comercio internacional, la relación México–Estados Unidos sigue siendo sólida. Estimamos que para principios de 2026 el panorama económico de la región será infinitamente mejor”.