- Desde el senado exigen transparencia en los seguros de vida y gastos médicos: voracidad aseguradora en un país sin cultura del seguro.
FELIPE VILLA
CIUDAD DE MÉXICO.- En un país donde menos del 10% de la población cuenta con algún tipo de seguro de vida o gastos médicos, el negocio de las aseguradoras se alza como uno de los más rentables del sector financiero. Con primas que superan los 421 mil millones de pesos anuales tan sólo en los ramos de vida y salud, México se ha convertido en terreno fértil para la expansión —y, según denuncias, también para los abusos— de más de un centenar de compañías aseguradoras.
El contraste es alarmante. Mientras la penetración de seguros en el país apenas alcanza el 3.2% del PIB —muy por debajo del promedio de la OCDE del 9.3%—, el potencial del mercado se estima en más de 3.8 billones de pesos. La brecha entre lo que se asegura y lo que podría asegurarse refleja no solo la falta de cultura financiera, sino también la desconfianza hacia un sistema donde las quejas por incumplimientos son constantes.
De las 103 aseguradoras que operan en México —más de la mitad de ellas filiales extranjeras—, las que dominan el sector de vida y salud son bien conocidas: Grupo Nacional Provincial (GNP), AXA Seguros, MetLife México y Seguros Monterrey New York Life. Estas empresas concentran buena parte de las primas emitidas: 282,763 millones de pesos en seguros de vida y 139,000 millones en seguros médicos, tan solo en 2023.
A pesar del tamaño del mercado, el número de personas con acceso real a estos servicios sigue siendo marginal. Solo el 18% de la población económicamente activa cuenta con un seguro de vida, con una suma asegurada promedio de 442,000 pesos. En el caso de los seguros médicos, la cobertura apenas llega al 9.9% de los mexicanos.
Las más denunciadas. De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), en 2023 se presentaron más de 6,100 quejas en el ramo de seguros de vida y 1,252 por gastos médicos mayores. Entre las aseguradoras más señaladas por los usuarios se encuentran MetLife México, con el 24% de las quejas en seguros de vida; GNP, con el 13%; además de BBVA Seguros y AXA, también frecuentemente señaladas.
Las principales causas de estas quejas evidencian patrones repetitivos: negativa en el pago de la indemnización (37%), inconformidad con el tiempo de pago (10%), cancelaciones de pólizas ignoradas (23%) e inconformidad con los montos pagados (6%).
MetLife, por ejemplo, apenas resolvió favorablemente el 35% de los casos presentados por los usuarios. Zurich Santander y Citibanamex Seguros mostraron cifras similares, con un 32% y 28% respectivamente. Para muchas otras compañías, el porcentaje de resolución a favor del cliente es aún más bajo.
Ante el crecimiento sostenido de la inflación médica —que ya superó el 14% en lo que va de 2025—, la senadora Maki Esther Ortiz Domínguez, del Partido Verde, lanzó un llamado urgente a las autoridades financieras para intervenir y frenar las prácticas abusivas de las aseguradoras. A través de un Punto de Acuerdo, la legisladora exigió a la CONDUSEF y a la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF) implementar mecanismos de supervisión más rigurosos.
“Las aseguradoras tienen la obligación de explicar a los asegurados por qué aumentan los costos y bajo qué condiciones”, sentenció la senadora. “No podemos permitir que los ciudadanos sigan en la incertidumbre cuando más necesitan respaldo financiero y de salud”.
Ortiz Domínguez propone que las compañías sean obligadas a informar con claridad sobre las exclusiones, coberturas y costos adicionales de sus productos, en cumplimiento con el artículo 200 de la Ley de Instituciones de Seguros y de Fianzas. También solicita sanciones ejemplares para aquellas entidades que incurran en omisiones o engaños.
¿Oportunidad o colapso? La existencia de más de 100 aseguradoras compitiendo por un mercado que no cubre ni al 10% de la población revela una paradoja: el potencial es inmenso, pero las bases son frágiles. Las cifras de penetración y las múltiples denuncias documentadas año tras año dibujan un escenario preocupante.
México necesita no solo más seguros, sino mejores aseguradoras. Y sobre todo, necesita garantías de que quienes depositan su confianza —y su dinero— en un contrato, recibirán aquello que se les prometió cuando más lo necesiten.
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