Los grandes empleadores neoyorquinos esperan que algo más de la mitad de sus plantillas continúen trabajando de forma remota en el futuro.
STAFF / AGENCIA REFORMA
NEW YORK, EU.- La explosión del trabajo remoto provocada por la pandemia de Covid-19 amenaza el futuro de los grandes centros de negocios del mundo, encabezados por Nueva York, donde se espera que una proporción importante de trabajadores nunca regrese a las oficinas y donde grandes empresas están optando por reducir o abandonar sus espacios, informó la agencia EFE.
Pasado un año del inicio de la emergencia sanitaria, únicamente 10 por ciento de los empleados de oficinas de Manhattan han regresado a sus puestos habituales, según una encuesta publicada este mes por The Partnership for New York City, una coalición que reúne a muchos de los grandes negocios con base en la ciudad.
Las empresas sondeadas prevén que para septiembre —cuando la mayoría de los ciudadanos estarán ya plenamente vacunados— haya vuelto a la oficina alrededor de un 45 por ciento del personal.
Mientras, los grandes empleadores neoyorquinos esperan que algo más de la mitad de sus plantillas continúen trabajando de forma remota en el futuro, al menos durante parte de su jornada.
Numerosas empresas están apostando por esta revolución del trabajo remoto, o al menos aceptándola, por lo que ya están tomando medidas para adaptarse. Es el caso de JPMorgan Chase, el mayor banco de Estados Unidos, que prevé implantar un modelo de rotaciones en el que los empleados trabajen a veces en la oficina y a veces a distancia.
JPMorgan Chase y otras empresas también han intentado colocar en el mercado las oficinas que tienen alquiladas.
Esta tendencia ya se está notando muy claramente en el stock de oficinas, con un aumento del 80 por ciento en los espacios disponibles en subarrendamiento en el distrito financiero y en los precios, que han caído en dobles dígitos a escala nacional.
Este declive también implica una seria amenaza para el futuro de la ciudad en su conjunto. Las arcas municipales, muy golpeadas ya por la pandemia, pueden perder en el próximo año fiscal hasta unos 2 mil 500 millones de dólares en recaudación por el impuesto de propiedades, una de las grandes vías de financiación del Ayuntamiento neoyorquino.
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