POR KUKULKÁN
EN QUINTANA ROO pocos se salvan de caer en las garras de la delincuencia organizada que día a día amplían su margen de acción para establecer el obligado cobro de piso en todos los sectores económicos de la entidad: restauranteros, hoteleros, constructores, transportistas, el comercio establecido y el informal, algunos de los cuales de plano han optado por cerrar sus negocios ante la inacción de las fuerzas de seguridad pública para ponerles un freno y, principalmente, por el temor a perder lo poco que tienen o la propia vida.
LOS MÉTODOS que emplean para establecer sus territorios se han ido sofisticando y adecuando a las circunstancias de cada negocio, logran burlar la seguridad hasta lograr el control interno cuando ya poco o nada se puede hacer para evitar su operación, tal y como ocurre en las obras de construcción donde entran solicitando trabajo para después comenzar a vender droga entre los empleados, albañiles, electricistas, plomeros, carpinteros, pintores que son amenazados para aceptar sus condiciones; si los patrones se resisten entonces pasan al Plan B de cobrar de 500 a mil pesos mensuales por cada trabajador.
NI LOS CUERPOS de seguridad privada alquilados para resguardar las obras pueden hacer algo pues de lo contrario las amenazas se dirigen en contra de ellos que tampoco nada pueden hacer frente a las armas de grueso calibre con las que periódicamente van a ‘visitarlos’ cuadrillas de sicarios como para que no se les olvide quien es el que manda; si todos cooperan entonces hasta hay beneficios para que nadie más se atreva a molestarlos ni mucho menos tocarlos.
PERO ESTE MODUS OPERANDI en nada se diferencia del que emplea la delincuencia institucionalizada que opera desde las dependencias públicas de gobiernos municipales, estatal y federal a través de ejércitos de inspectores que todos los días se la pasan aplicando el cobro de piso con licencia oficial, ya sea por la falta de algún documento o trámite en la operación de todo tipo de negocio, a quienes tampoco se les puede hacer algo porque generalmente traen la bendición de los altos jefes de la burocracia.
RECIENTEMENTE un grupo de abogados de migrantes puso al descubierto en Quintana Roo a toda una red de funcionarios federales dentro de la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Secretaría de Seguridad Pública dedicados a tramitar constancias de antecedentes no penales apócrifas para aquellos extranjeros en proceso de naturalizarse como mexicanos mediante el cobro de 2 mil 500 pesos, que los interesados deben transferir a cuentas de tarjetas aperturadas en las tiendas Oxxo difíciles de rastrear.
EL COLMO de este turbio negocio es que la red de estafadores se anuncia a través de diversas páginas de interés sin que las autoridades correspondientes hagan algo para evitarlo. Por ejemplo, la página denominada “Perito Traductor Monterrey” engancha así a sus víctimas: ¿Eres extranjero y vas a naturalizarte y te falta la Constancia de Antecedentes no Penales en Materia Federal? ¡Te la conseguimos! No gastes en avión, en hotel, en taxi, en alimentos para ir a la CDMX, te hacemos el trámite y te lo entregamos, requisitos de ley. Infórmate o visítanos en https://www.facebook.com/perito.traductor.monterrey o envíanos un correo a: traductor.plurilingue@gmail.com Mensaje de WhatsApp las 24/7: https://wa.me/5218121931893
VARIOS INCAUTOS han caído y obtenido relativamente rápido su documento ‘apócrifo’ el cual al presentarlo para seguir con su trámite de naturalización no les es aceptado y esta irregularidad cambia su situación jurídica, de víctimas pasan a ser falsificadores de documentos oficiales, condición suficiente para que les sea negada la naturalización por la propia Secretaría de Relaciones Exteriores, lo que ha llevado a muchos a ampararse ante la justicia federal donde afortunadamente algunos han encontrado la protección al demostrar que en esta red de falsificadores participan funcionarios de esta dependencia así como de la Secretaría de Seguridad Pública encargada de extender la famosa Constancia de Antecedentes no Penales. Con hechos como este, hay razones suficientes para que uno se sienta más seguro en manos de la delincuencia organizada que en las garras de la delincuencia institucionalizada.
