NIDO DE VÍBORAS

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NIDO JULIÁN RICALDE

Por KUKULKÁN

APENAS se difundió la foto de la nueva gobernadora Mara Lezama Espinosa acompañada tanto del actual gobernador Carlos Joaquín González como de los ex gobernadores Joaquín Hendricks Díaz y Félix González Canto (durante el evento de la entrega del Bando Solemne en el recinto del Congreso del Estado en la ciudad de Chetumal el pasado sábado 27 de agosto), el diputado electo Julián Ricalde Magaña lanzó un texto ponzoñoso: En política la forma es fondo. Faltó Beto Betito, o su representante. No más fotos de estas por favor. La gente votó por un cambio verdadero. 

AUNQUE no precisó si se refería a los tres acompañantes, a dos, o a uno solo en específico, no es un secreto que con quien hay tiro derecho es con el cozumeleño Félix González desde 2017 cuando ambos se liaron a golpes durante el desayuno del 43 aniversario de la fundación del estado en el centro de Convenciones de Chetumal, por otro mensaje de redes sociales que Julián Ricalde, entonces titular de la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno del estado, había difundido para criticar la presencia del senador Félix González al evento.  

AQUELLA ocasión el mensaje era muy al estilo frontal del isleño, quien no se anda con medias tintas y al ver que en redes sociales circulaba una foto del gobernador Carlos Joaquín saludando de mano al senador Félix González —responsable junto con su pupilo Roberto Borge Angulo del saqueo que hoy tiene hipotecado el estado—, parafraseó en su cuenta de Twitter una estrofa de la canción La Fiesta del catalán Joan Manuel Serrat: Hoy el noble y el villano, el prohombre y el gusano bailan y se dan la mano sin importar la facha

ESE fue motivo suficiente para que el cozumeleño se trasladará hasta el lugar donde se encontraba el isleño para propinarle una cachetada y la amenaza verbal de A mí me respetas, pendejo. La respuesta inmediata de Julián Ricalde fueron dos golpes estilo boxístico, izquierda-derecha, que hicieron tambalear a Félix González quien en su intento por responder a sillazos fue recibido con otra derecha que lo puso en desequilibrio hasta ser rescatado por una mujer que lo ayudó a huir hacia la salida.

LA ACTUAL crítica de Julián Ricalde es hacia ese tipo de mensajes de incongruencia que confunden al electorado que el pasado 5 de junio salió principalmente a votar por el proyecto del Presidente Andrés Manuel López Obrador de instaurar en todo el país la Cuarta Transformación, lo que significa separar los bienes públicos de los bienes privados, acabar con la corrupción, con los privilegios y las canonjías del viejo régimen cuyo máximo representante en Quintana Roo, es Félix González quien durante su administración y la de su lacayo Borge amasó una gran fortuna y negocios lucrativos que hoy le siguen rindiendo frutos.

QUIZÁ sea pura cortesía política, quizá desconocimiento de la historia o quizá el prolongado efecto de la embriaguez por la euforia del triunfo que ahorita los hace levitar y hasta sentirse indestructibles, el caso es que en la Era de la imagen este tipo de mensajes le restan más que sumarle a la nueva gobernadora Mara Lezama, quien va a gobernar a un estado no administrar un negocio propio, y que si debió invitar a alguien a este evento es al pueblo que salió a votar por ella, al que prometió no fallarle, como lo hace Andrés Manuel en la mayoría de sus actos. 

QUÉ necesidad de mancharse el plumaje con este tipo de personajes, a quienes el presidente critica constantemente por ser unos ‘reverendos ladrones’ que no pierden la respetabilidad dentro del ecosistema de la corrupción política, por el contrario, ahí son ‘don chingones’. Los que aún tienen esperanza de consolidar la Cuarta Transformación en Quintana Roo, hubieran esperado al menos la escurridiza reacción que tuvo el candidato Donald Trump cuando en 2016 lo cuestionaron por recibir apoyo público del Ku Klux Klan: El que ellos me apoyen no quiere decir que yo los apoye a ellos.

@Nido_DeViboras