- En Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas la trata de personas afecta tanto a hombres como mujeres, casi en partes iguales.
FELIPE VILLA
CIUDAD DE MÉXICO.- En Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas la trata de personas afecta tanto a hombres como mujeres, casi en partes iguales. Mientras que en la mayoría de las entidades de la República las cifras de víctimas del sexo femenino triplican al de masculino, en la región del Noreste de la República los porcentajes son del 51.3 por ciento para el caso de mujeres y el 46.7 por ciento para el de hombres. El restante 2 por ciento es de personas sin sexo identificado.
De 735 casos presentados de 2015 a mayo de 2022 en los tres estados, en 377 las víctimas son mujeres, en 343 son hombres y en 15 no se pudo determinar su sexo, de acuerdo con el estudio Trata de Personas en México. Algunas Cifras, del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República.
Elaborado por la especialista Irma Kánter Coronel, el informe detalla que Coahuila es el estado con más incidencia de casos de trata de personas en el Noreste de la República, con 364 víctimas. Por su parte, Nuevo León cuenta 286 y Tamaulipas 85.
Coahuila también destaca por los casos cometidos contra hombres, con 272 víctimas masculinos, cifra que triplica la de víctimas mujeres con 91, y un caso sin identificar. El estudio señala que la mayoría de mujeres y niñas que padecen la trata sufren de explotación sexual. Mientras, la mayoría de los hombres son obligados a trabajos forzados en el campo.
En Nuevo León, por su parte, las víctimas mujeres son 231, contra 51 de hombres y cuatro casos sin sexo identificado. Y Tamaulipas acumula 55 mujeres que padecen trata de personas, 20 hombres y 10 sin identificar.
A nivel nacional, el 66 por ciento de las víctimas de trata son mujeres y niñas; un 19 por ciento son niños y hombres y un 15 por ciento sin identificar.
El documento señala que generalmente las víctimas padecen vulnerabilidades sociales previas, como la precariedad económica, la condición migratoria irregular, la violencia familiar –principalmente en casos de niños, niñas y adolescentes–, la dependencia afectiva que en muchas ocasiones establece el tratante con la víctima como mecanismo para someterla y la pertenencia a poblaciones indígenas.
Con respecto de quienes cometen el delito de trata de personas, los hay de dos tipos. En el primer caso se trata de grupos del crimen organizado, que tienen en este delito una de sus principales actividades de generación de recursos económicos. En segundo lugar, se encuentran los delincuentes individuales, que se asocian para trabajar, ocasionalmente, de manera conjunta en el delito analizado.
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