- Persiste brecha entre emisiones y la meta en el control de temperatura. Advierten lento avance de energía renovable.
VÍCTOR OSORIO / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- Entre advertencias sobre la insuficiencia de los esfuerzos realizados hasta ahora para frenar el calentamiento global, y en medio de una crisis energética que ha socavado la transición hacia fuentes renovables, arrancó oficialmente el domingo en Sharm El Sheikh, Egipto, una nueva cumbre sobre cambio climático.
La sede marca también la agenda de la 27 Conferencia de las Partes (COP27) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en la que se prevé que ocupe un lugar relevante el tema de la adaptación, relegado hasta ahora por la discusión sobre las medidas urgentes de mitigación.
La ciencia indica que al momento sumamos un incremento de 1.15 grados Celsius en la temperatura media de la superficie terrestre, respecto al promedio del periodo 1850-1900, utilizado como referencia por ser el más lejano con datos disponibles para la comparación.
El aumento es atribuido principalmente a las emisiones de gases de efecto invernadero y es señalado como responsable de fenómenos como mayores y más prolongadas sequías, olas de calor, aumento del nivel del mar y otros.
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A partir del Acuerdo de París, adoptado en 2015, se ha establecido como consenso que el mayor aumento permisible para fin de siglo sería uno de 1.5 grados. Sin embargo, las proyecciones indican que en la trayectoria actual, se ubicaría alrededor en alrededor de 2.5 grados.
Jorge Villarreal, director de Política Climática de Iniciativa Climática de México (ICM), una de las organizaciones civiles más influyentes en el debate público sobre el tema, subraya que la COP 27 se realiza en un contexto de crisis.
“Todos los reportes que se han publicado recientemente desde la ciencia nos indican que estamos en una trayectoria de emisiones que pone en riesgo importante a las economías, los esquemas sociales, al mundo prácticamente”, señala en entrevista.
“Ya estamos viendo impactos bastante fuertes a nivel global con las inundaciones, olas de calor, deshielos en glaciares. Y en México hemos vivido sequía en más de un tercio del territorio, el incremento de días en los que se rebasan los 35 grados, inundaciones en el sureste, más ciclones tropicales”.
Y a ello se agrega, señala, una crisis energética global derivada de la guerra Rusia-Ucrania, que introduce un elemento complejo para la discusión del cambio climático.
La penetración de la energía renovable, apunta, no ha sido tan acelerada y ahora, con la cuestión del abasto de gas por parte de Rusia en invierno, Europa tendrá que echar mano del recurso fósil.
“Y eso pone en entredicho el cumplimiento de las metas de cambio climático por parte de la Unión Europea, que se había comprometido a tener emisiones netas cero para el 2050”, indica.
En tanto, comenta, hay una muy fuerte presión a nivel global para reducir el uso de combustibles fósiles, que es, destaca, un elemento de la narrativa que ha permeado bastante en la discusión del cambio climático.
A la COP27, apunta, se llega con un esfuerzo de la Presidencia británica saliente por enfocar las acciones en la reducción de emisiones y la transición energética.
“Estamos en una brecha de emisiones importante. Para poder reducir la temperatura promedio a la trayectoria de 1.5 grados, tendríamos que reducir, adicionalmente a todos los compromisos existentes, algo así como 24 gigatoneladas de CO2 equivalente anuales, lo que implica más o menos 3 o 4 veces las emisiones totales de Estados Unidos”, explica.
Se espera que, en la Cumbre, señala, los gobiernos anuncien nuevos compromisos para reducir la brecha existente entre los 2.5 y los 1.5 grados, tanto en las contribuciones nacionalmente determinadas (NDC, por sus siglas en inglés), con horizonte de 2030, como en las metas de largo plazo, para mediados de siglo.
Muchos países, apunta, han comprometido emisiones netas cero para 2050 o para más adelante. China lo comprometió para 2060, India para 2070, Estados Unidos. Unión Europea, Canadá, Japón, Corea, Brasil y muchos otros para 2050.
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