Bien por ellas

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Bien por ellas

POR JOSÉ LUIS CARRILLO RAMOS

Me gusta el protagonismo adoptado por las esposas de Andrés Manuel López Obrador, Joe Biden y Justin Trudeau.

Me gusta que por fin, la figura femenina en eventos de alto nivel ha dejado de ser simple “florero”.

Jill Biden, esposa del presidente de Estados Unidos de Norteamérica, inició su agenda propia, pocos minutos después que el avión de la Fuerza Aérea, aterrizara en el Aeropuerto Benito Juárez; visitando la Basílica de Guadalupe, para ofrendar un generoso ramo de flores al recinto Mariano y Orando en silencio.

Todo esto sucedió antes que su esposo, llegara a bordo del famoso “Air Force One” al Aeropuerto Felipe Ángeles, para ser recibido por el presidente de México, y juntos abordar la famosa “bestia”; ese vehículo altamente sofisticado que Cadillac, ha fabricado a lo largo de la historia a los mandatarios del vecino país.

Y aunque el presidente López Obrador asegure y recontra asegure que esa hora en la que viajaron solamente los mandatarios y sus respectivos intérpretes, haya sido para hablar de “los botoncitos” y “los asientos” del vehículo, nadie duda que se tocaron temas acerca de los “botoncitos” que tuvieron que apretarse para realizar los operativos recientes en Sinaloa, y la severa crisis migratoria que se vive en ambos lados de la frontera.

¿Una hora de intimidad que seguirá dando frutos en las relaciones bilaterales para beneficio de todos?

Nadie, oficialmente, sabe lo que hablaron; pero sin duda, todos creemos saberlo.

Pero sigamos a lo nuestro; el protagonismo positivo de las esposas presidenciales. Desde la ceremonia de recepción a ambos mandatarios, vimos a una Beatriz Gutiérrez Müller, madura, a la que estos años le han ayudado a mostrarse más segura y preparada para el cargo, mismo que le guste o no, en la práctica es real: ser la primera dama de México.

Vaya, en esos momentos, no se requirió la presencia de intérpretes, ya que la escritora mexicana, dio muestras de saber el protocolo oficial, al dar el mensaje de bienvenida en inglés para posteriormente traducir la respuesta al presidente López Obrador y comunicarlo en su idioma a la pareja visitante.

¡Beatriz se notaba sumamente divertida!

De manera muy jovial, pero respetuosa, la (no) primera dama, se mostró cálida en los diálogos sostenidos con los presidentes de Estados Unidos y Canadá, y sus respectivas esposas.

Sucedió igual al momento que se abrió la famosa “Puerta de Honor” del Palacio Nacional, ese acceso que conduce directamente al patio central, y que abre solamente cuando se reciben visitas sumamente relevantes. La esposa de López Obrador, de una manera muy sonriente dice: “Hello again!”, logrando como respuesta una sonrisa en la pareja presidencial de los Estados Unidos.

Más aún, durante el evento de bienvenida, y contrario al protocolo que hemos conocido, fueron las esposas, quienes “llevaron la batuta”, al enviarse mensajes fraternos entre ambas naciones.

¡Vaya, en este evento, los presidentes fueron los “floreros”!

Y lo escribo de manera respetuosa para la gran madurez mostrada por ambos mandatarios, al aceptar romper los paradigmas tradicionales.

¡Qué tiempos aquellos en que las agendas de las esposas de los mandatarios, se limitaban a visitar, hospitales, hospicios o acudir a eventos de recaudación!

Mientras otros países siguen navegando en aguas intolerantes y retrógradas, celebro que en México y nuestra región, las mujeres sigan avanzando y demostrando que los valores y capacidades humanas no tienen nada que ver con el género.

Hace poco tiempo, era noticia ver a una mujer en algún cargo de elección popular o algún alto puesto en el sector privado.

No olvidemos que fue apenas el 17 de octubre de 1953, fue cuando apareció publicado en el Diario Oficial de la Federación, el decreto que oficializaba el derecho de la mujer, a votar y ser votada.

Afortunadamente en la actualidad tenemos mujeres en cualquier tipo de cargo público, menos en la presidencia de la República. ¡Hasta el momento!