NIDO DE VÍBORAS

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NIDO ENCUESTAS

Por KUKULKÁN

LOS RESULTADOS de la reciente encuesta de la empresa RUBRUM sobre la reelección de alcaldes para 2024 a nivel nacional, reflejan en Quintana Roo lo que los ciudadanos perciben en la realidad en cuanto el desempeño de las presidentas municipales Ana Patricia Peralta y Yensunni Martínez, de Benito Juárez y Othón P. Blanco respectivamente, a quienes las preferencias de sus gobernados no les favorecen y no las ven de regreso en el próximo trienio como ellas quisieran.

ANTE la pregunta, ¿votaría usted por la reelección de Ana Patricia Peralta como alcalde de Cancún?, el 62.8 por ciento de los entrevistados respondió ‘NO’; el 22.7 por ciento ‘SÍ’; mientras que un 14.5 por ciento ‘aún no decide’. En el caso de Yensunni Martínez, el 57.7 por ciento de las pulsaciones demoscópicas se inclinaron por el ‘NO’; el 24.4 por ciento por el ‘SÍ’ y 17.9 por ciento ‘aún no decide’. Y estos números son indicativos de la falta de conexión que ambas alcaldesas tienen con los ciudadanos que gobiernan, así como los problemas sociales que enfrentan.

CON APENAS tres meses en el cargo —por la vía de la suplencia y no por el voto en las urnas—, la alcaldesa de Cancún es una completa desconocida y sus acciones de gobierno, que se reducen a eventos privados como inauguraciones y cortes de listón para la foto, tampoco le ayudan. De no ser por el equipo de seguridad y de apoyo que la acompañan a todos sus actos, pasaría desapercibida y se confundiría entre los asistentes. A pesar de ser ‘niña bien’ y de esforzarse por hacer como que le interesan los problemas de la gente, su personalidad transmite frivolidad y no inspira confianza.

SU EVIDENTE desconocimiento sobre la responsabilidad del cargo que ocupa, apenas hace tiritar su brillo con la luz propia que irradia la gobernadora Mara Lezama Espinosa —su antecesora en la presidencia municipal— cada que asisten a eventos conjuntos. Y si se trata de convencer o firmar acuerdos de alto calado nadie toma en serio a Ana Paty, como ocurrió en la negociación con hoteleros para convencerlos del incremento en el impuesto al hospedaje, que se apuró a celebrar mediáticamente sin contar que el empresariado se echaría para atrás. Al final, tuvo que intervenir la mandataria estatal para destrabar exitosamente las resistencias.

EN LA CAPITAL quintanarroense, Chetumal, su alcaldesa tampoco las trae todas consigo. Encumbrada en el poder gracias a la ola lopezobradorista, Yensunni Martínez es un remedo de política del Gobierno de la Cuarta Transformación y ha quedado a deber a una población abandonada a su suerte por decenios y que ya está harta de engaños y gobernantes improvisados. Recientemente fue duramente criticada a través de las redes sociales por ausentarse durante más de una semana para asistir a la Feria Internacional de Turismo, de donde no regresó siquiera con un sólo proyecto para detonar la precaria economía local, pero sí con muchas ‘selfies’ para presumir en su egoteca.

CUANDO los chetumaleños salieron a votar por ella en junio de 2021, lo hicieron por ser la candidata de la transformación profunda que encabeza a nivel nacional del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero resultó ser más de lo mismo y se ha dedicado a gobernar con un grupúsculo de incondicionales que manejan discrecionalmente los recursos públicos y se reparten entre allegados las licitaciones o contratos de obras y servicios, como en tiempos del PRI. Aun así, sin dar resultados satisfactorios a la población, ella ya está ilusionada trabajando para buscar la reelección. No cabe duda que el poder marea.

@Nido_DeViboras