- Desde hace un año se ha observado la realización de una obra en el paraje de Cuicuixcatlán, parte de la comunidad de San Andrés de la Cal.
VÍCTOR OSORIO / AGENCIA REFORMA
TEPOZTLÁN, MORELOS.- Desde hace un año se ha observado la realización de una obra en el paraje de Cuicuixcatlán, parte de la comunidad de San Andrés de la Cal, que se encuentra dentro del perímetro del Parque Nacional El Tepozteco.
A pesar de que desde entonces han sido presentadas dos denuncias ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), por tratarse de un área natural protegida, los trabajos han continuado en el predio ocupado, se abrieron caminos, se construyó una barda con malla ciclónica y se han instalado cisternas.
Aunque en la entrada del sitio se colocó un letrero que lo anuncia como “rancho ecológico”, habitantes de la comunidad temen que se traten sólo de los preparativos para la construcción de un nuevo fraccionamiento, en un municipio agobiado ya por el crecimiento desordenado.
“Piensan hacer como en Oztopulco, fraccionar y hacer viviendas para pura gente exclusiva, para puro adinerado. Quieren urbanizar toda esta área”, advierte un habitante de San Andrés.
Los inconformes reclaman que el proyecto, del que señalan como responsables a Marco Antonio Gil y Odín Ruz Hansberg (promotor de “ecoaldeas”), haya implicado ya el bloqueo de accesos a sitios que la comunidad utiliza para realizar peregrinaciones y ceremonias tradicionales.
Activistas locales, con imágenes de dron en mano, aseguran que la mayor parte del predio se encuentra dentro de los límites de la Unidad de Gestión Ambiental (UGA) número 48 definida por el Programa de Ordenamiento Ecológico del Territorio (POET) del municipio de Tepoztlán.
En el documento sí fija como lineamiento para la UGA el de preservación de selva baja y bosque templado y se prohíben como usos los de asentamientos e infraestructura.
El predio se ubica además dentro de uno de los polígonos de preservación establecidos en el Programa de Manejo del Parque Nacional El Tepozteco, en los que la construcción de infraestructura no está permitida.
En el origen del problema, señalan los activistas —quienes piden no mencionar sus nombres, por amenazas recibidas—, se encuentra el otorgamiento de una constancia de posesión ilegal por parte del Comisariado de Bienes Comunales de Tepoztlán, entonces presidido por Lucio Cuevas Romero.
Ante la imposibilidad legal de vender terrenos, por tratarse precisamente de tierras comunales, la expedición de las constancias de posesión se ha convertido en el instrumento para el boom inmobiliario que experimenta Tepoztlán desde hace varios años.
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