- La Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) ha invertido alrededor de 70 millones de pesos en el rescate de palmeras.
BERNARDO URIBE / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- Desde que se detectaron las primeras plagas en la Ciudad de México en las palmeras, la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) ha invertido alrededor de 70 millones de pesos, proveniente de los fondos ambientales de las demarcaciones afectadas.
La cantidad se ha destinado a estudios y acciones para detectar los patógenos que deterioran los ejemplares, así como a métodos para su tratamiento.
De acuerdo con Roberto Quintero, jefe de la Unidad de Seguimiento de Plagas y Enfermedades de la Sedema, desde el 2022 se ejecutaron programas en cuatro de las alcaldías con mayor población de palmeras: Coyoacán, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Benito Juárez.
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En dichas zonas se llevaron a cabo actividades preventivas para atender el problema de las plagas en un total de 12 mil 302 palmeras. En estas se estudiaron los diferentes factores que están afectando su salud, como la compactación del suelo, las malas prácticas en la poda y la contaminación.
“Lo primero que se hizo fue detectar el problema con bases científicas, porque no sabíamos que estaba enfermando a las palmeras. En segunda fase se está llevando a cabo ya el control del problema, en donde se han detectado siete patógenos, cinco hongos y dentro de estos cinco, tres son de primera aparición en el País”, detalló Quintero.
Además de los intentos de podas sanitarias, derribos, sustitución de palmeras, colocación de trampas para la detección de insectos y tratamientos de endoterapia, Quintero aseguró que la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación firmó un convenio para llevar a cabo un estudio y determinar los mejores tratamientos para las palmeras.
“En la Ciudad de México tenemos la aparición del fitoplasma, el hongo de la podredumbre rosa, que es la primera aparición en el País. También, el hongo fusarium y el ácaro rojo, que apenas se está encontrando a 2 mil 400 metro sobre nivel del mar. Entonces, ahorita los investigadores están analizando los productos fungicidas”, explicó.
Ante el rápido deterioro de las palmeras, la Sedema aseguró que, si los tratamientos no muestran avances, se podrán sustituir los ejemplares que han sido retirados por otras especies de palmeras más resistentes; incluso, por especies de arbolado nativo en la cuenca de México, lo que ayudaría a generar resistencia ante las plagas.
“Las 828 palmeras que fueron derribadas con este proyecto fueron sustituidas por varias especies arbóreas y en muy pocos casos por otras especies de palmeras. Ahora que ya tenemos las pruebas necesarias para determinar que un insecto, hongo o una bacteria es realmente un patógeno, entonces, ya podemos determinar nuevas estrategias”, comentó.
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