NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

LA TÁCTICA de las autoridades municipales de Othón P. Blanco, sin importar el color, ha sido quejarse del histórico abandono presupuestal por parte de papá gobierno a pesar de ser sede de los poderes estatales, así como de la capital. Hace cuatro décadas Chetumal era el principal distribuidor de fayuca que surtía al centro del país en la década de los ochenta y el boom económico de entonces le daba gusto a los locales para que ni siquiera abrieran las cortinas de sus negocios porque las operaciones se hacían antes de descargar la mercancía de los traileres.

LA ENTRADA en vigor del extinto Tratado de Libre Comercio en 1994 dio la puntilla a la principal fuente de ingresos del comercio local que ganaba de la compra y venta de productos extranjeros libres de impuestos. Hoy sus habitantes viven de la menguada economía local sustentada en la burocracia y los servicios turísticos, sin más expectativas que pasar el día a día. Chetumal es una ciudad en bancarrota, son comunes las imágenes de comercios cerrados en avenidas principales y sobre fachadas de casas en estado de deterioro cuelgan urgentes letreros ofertando casi a gritos se renta o se vende. Aquí no aplica la ley de la oferta y la demanda.

EN PARTE es cierto el reclamo por el histórico abandono presupuestal, aunque también los propios gobernantes que ha tenido el municipio, movidos por intereses y negocios particulares, se han estado metiendo el pie una y otra vez para no salir del subdesarrollo. Con la alcaldesa de Morena Yenssuni Martínez Hernández la situación no ha cambiado, se siguen frenando importantes proyectos de inversión turística a lo largo del territorio municipal que incluye las paradisíacas playas de Mahahual, a contracorriente de la misión que se ha propuesto la gobernadora Mara Lezama Espinosa de detonar la economía y superar las condiciones de desigualdad social en la región sur de la entidad.

EL IMPACTO por este tipo de decisiones viene a agravar la escasez laboral para los profesionistas locales una vez que concluyeron sus estudios. Según cifras del portal oficial Data México ni el 10 por ciento de los egresados encuentra una fuente de trabajo en Chetumal; la mayoría termina saliendo en busca de opciones mientras que el resto termina empleándose en actividades no relacionadas con su profesión. Los campos de estudio con mayor número de egresados durante el periodo 2020-2021 fueron ingeniería mecánica, eléctrica y química, administración y gestión, negocios y contabilidad.

ESTAS fuentes de empleo que sólo pueden generarse a través de la inversión privada son las que la administración de Yenssuni Martínez le está negando a las nuevas generaciones de profesionistas chetumaleños al condicionar la realización de diferentes proyectos de inversión al cumplimiento de rigurosos requisitos que deben pasar por un laberinto burocrático de políticas dilatorias y que tienen como único fin cotizar lo más alto que se pueda las tarifas del ‘diezmo’ o el ‘moche’ para que las cosas caminen, sin importar el riesgo de ahuyentar las escasas inversiones. En el equipo de Desarrollo Económico del municipio se cree que la construcción y la entrada en operación del Tren Maya para diciembre próximo detonarán la economía local por lo que no hay prisa para acelerar proyectos que costarán más en 2024.

DESDE luego que el equipo de la alcaldesa también da por hecho que será reelecta y se mantendrá en el poder otros tres años para administrar la riqueza que promete traer la magna obra ferroviaria de la Cuarta Transformación para la abandonada zona sur del estado. Yenssuni Martínez parece no llevar prisa en dar solución a la grave escasez de empleos en el municipio pues su interés ahora está concentrado en su futuro político inmediato y desde luego también buscando cómo llenar la alcancía para financiar su campaña, aunque con ello se lleve entre los pies las oportunidades de inversión que tanta falta le hacen a esta región.

@Nido_DeViboras