- Recién se aprobaron reformas a la Ley de Educación de la Ciudad de México, que establece el uniforme neutro en escuelas de educación básica.
BERNARDO URIBE / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- La reciente aprobación de reformas a la Ley de Educación de la Ciudad de México, que establece el uniforme neutro en escuelas de educación básica, marca un precedente para el combate a los roles tradicionales de género y la erradicación de la violencia, sobre todo, a las menores de edad, de acuerdo con activistas.
Activista en temas de feminismo, Marisol Calva consideró que estás modificaciones ayudan a impulsar el derecho de las infancias para su libre desarrollo de la personalidad, además de atender una deuda histórica contra el acoso, ya que existían muchas formas de violencia hacia las menores con la imposición de la falda, como el acoso en transporte público y en dentro de las mismas escuelas.
“Es una cuestión que se viene arrastrando por generaciones, como los constantes hechos de violencia y de acoso en contra de las niñas y adolescentes, justo por el tema del uniforme escolar, como que les levanten la falda y que antes obedecía únicamente a una cuestión autoritaria y basada en los estereotipos de género”, aseguró Calva.
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La activista destacó que esta nueva reforma podría ser un parteaguas en cuestiones de igualdad de género y que podría ser retomada eventualmente por colectivos feministas en todo el País para que el uniforme neutro sea una realidad no sólo en la Capital.
“Así empiezan los grandes cambios, que la entidad más poblada del País empiece a abrir esta discusión podría ser punta de lanza para que después veamos otros avances, como en el caso de la despenalización del aborto y otras iniciativas y leyes que se han modificado y que han sido el punto de partida y de referencia para otras entidades”, agregó.
La activista detalló que la obligatoriedad del uniforme creaba una situación de desventaja y discriminación para las niñas, ya que no se tomaba en cuenta sus experiencias personales, por lo que estos cambios marcan un avance en dirección de las garantías y derechos de las niñas, niños y adolescentes.
“Independientemente de si hace frío, de si llueve, o de condiciones sociales como que si tenían que caminar por veredas peligrosas o barrancas para llegar a la escuela, el tener que hacer todo eso con falda las ponía en una situación de vulnerabilidad; el vestir de cierta forma únicamente por una cuestión de género las discriminaba y perpetuaba las condiciones de desigualdad”, aseguró Calva.
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