- Después de ser retirados y trasplantados para abrir paso a una estación de la Línea 3 del Cablebús, alrededor de ocho árboles han muerto.
DANA ESTRADA / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- Después de ser retirados y trasplantados para abrir paso a una estación de la Línea 3 del Cablebús, alrededor de ocho árboles han muerto en los alrededores del Panteón Dolores, en la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec.
Los ejemplares tenían entre 10 y de 20 años de vida y más de 10 metros de altura. En sus nuevos cajetes, lucen ahora secos, sin follaje y con plagas.
Según lo que comentaron los encargados a vecinos, está previsto replantar 32 árboles en total, procedimiento que harían biólogos. También les informaron que no daban garantías de que sobrevivieran y que, si alguno moría, sería sustituido por otros más jóvenes.
José Carlos Martínez, arborista y director de Innovación de Reforestamos México, aseguró que, además de que ya no tienen vida, varios de los árboles presentan plagas.
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Reprochó el trasplante, debido a que son árboles que crecieron ahí y no en un vivero, por lo que no son aptos para dicho procedimiento.
“Están muy mal, muertos y con plaga. Lo ideal es no hacerlo, para estresar menos al árbol. El trasplante de un árbol alto es poco recomendable, hay viveros especializados que tienen árboles grandes, y es posible hacerlo, pero con una fuerte inversión, se prepara al árbol. Esos árboles no eran para trasplante, estaban creciendo de forma natural”, explicó Martínez.
Juan, vecino y usuario de la zona verde, ha dado seguimiento a la obra desde su inicio y, sobre todo, a los trasplantes.
“Tiene aproximadamente dos meses que empezó la obra. Según el informe del encargado, son 32 árboles que iban a trasplantar, ya grandes, y lo han hecho pero algunas especies no han resistido, yo he notado que los pinos no están aguantando”, lamentó.
Fue el caso de un pino cerca del área deportiva y el cual, hasta el miércoles pasado se encontraba seco y con hojas. No obstante, la mañana del jueves 8 de junio, fue removido y sustituido por un aralia, que no es endémico de la CDMX.
A él y a otros residentes les preocupa, sobre todo, qué pasará con el eucalipto de más de 20 metros de altura, que hasta ahora se mantiene junto a la zona principal de obras.
“Ese árbol es muy bonito. Es muy llamativo, y para nosotros los vecinos tiene una carga de identidad muy fuerte. No debe ser trasplantado o talado, pero supimos que no lo contemplan en el proyecto, y es posible que lo quiten y muera también”, lamentó Juan.
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