- Sin fecha para retomar este proyecto en Chetumal, desde el año 2018 la casa se quedó en una buena intención del gobierno federal.
EUGENIO PACHECO
CHETUMAL, Q. ROO.- Por falta de presupuesto para equipamiento, la casa del universitario indígena en Chetumal sigue sin entrar en operación y se ha convertido en un edificio abandonado que comienza a convertirse en guarida de malandros.
Las autoridades policiales cuentan con tres reportes de intento de saqueo del escaso equipamiento que contiene, específicamente aires acondicionados que esperan ser instalados, aunque en un reciente recorrido se pudo constatar que no existe algún mobiliario en ese lugar, sin que alguna otra autoridad informe de la situación.
El edificio se encuentra a nivel de terreno baldío, las puertas y las ventanas han sido robadas y en su interior se ven rastros de actividades de los malvivientes de la zona que hasta realizan sus necesidades fisiológicas al interior.
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Una cartulina advierte de forma tibia y a manera de broma que existe vigilancia y pide no robarse lo que resta en ese lugar.
Programado para comenzar a funcionar desde 2018, hasta la fecha la Federación continúa sin asignar recursos para su equipamiento, se reconoció desde la oficina de prensa del instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) en donde dijeron no tener autorización para mayores datos.
Sobre el tema habló el exrepresentante local del INPI, Francisco Rosado May, quien reconoció que los cien estudiantes indígenas que ahí deben ser albergados, han esperado desde 2018 para saber si habrá recursos económicos para echar a andar el edificio que fue inaugurado simbólicamente en noviembre de ese mismo año.
De acuerdo con el exfuncionario federal, desde enero de 2019 —cuando fungía en el cargo— se solicitaron los recursos, sin embargo, por los ajustes en las instituciones y las reglas de operar el presupuesto del gobierno federal no fue posible la ministración del dinero necesario.
Lo último que se supo sobre ese tema es que dentro de la proyección para 2020 se destinaba el recurso necesario para la adquisición del mobiliario y equipo, para atender a los estudiantes de la Universidad de Quintana Roo, provenientes de la zona maya y comunidades rurales.
Desde 2018 se finalizó la construcción de los tres edificios que componen esta casa del universitario, con una inversión de 12.3 millones de pesos, con la intención de dar hospedaje y alimentación a 50 mujeres y 50 varones, estudiantes de la Universidad Autónoma de Quintana Roo.
La construcción que ahora se encuentra en abandono, se logró en medio de una disputa por el terreno de 0.6 hectáreas, que antes de ser cedidos en comodato por 25 años al INPI, fue motivo de reclamos desde los alumnos del CBTIS 214, como parte de sus áreas deportivas.
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