NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

LA OPOSICIÓN en Quintana Roo, que apenas hace un año logró sumar el 18 por ciento de las preferencias electorales para controlar en conjunto tres de los once municipios, y cuatro de las 25 curules del Congreso, sigue en terapia intensiva y sus principales partidos (PRI, PAN, PRD y MC) son sólo espectadores de lo que será la verdadera contienda entre Morena y el Partido Verde Ecologista, de cara a las elecciones de 2024. El poder avasallador del lopezobradorismo, afianzado con el resultado de las recientes elecciones por el Estado de México que le sumó al movimiento 23 entidades, amenaza con llevarse carro completo en los Ayuntamientos y en las diputaciones locales a renovarse el próximo año.

AUNQUE en mayo pasado el otrora partido dominante en el estado, PRI, parece haber retomado el rumbo al designar a Pedro Flota Alcocer como su presidente estatal, el reto será un enorme desafío. Y vaya que se trata de un experimentado político chetumaleño, con capacidad para negociar las diferencias internas y consciente es casi imposible reagrupar a la vieja y pulverizada clase política priista que en las elecciones de hace un año estuvo a punto de perder su registro, pues de panzazo alcanzó el 3 por ciento que exige la ley para no perderlo. ‘Hoy vivimos otra realidad, son nuevos tiempos de unidad; y es un honor dirigir al partido en estos tiempos difíciles, nos dirigimos a la renovación no a la restauración. El nuevo capítulo del PRI se escribirá de abajo hacia arriba, con la fortaleza de nuestros ideales, para enfrentar los tiempos difíciles y ganar las próximas elecciones’, dijo optimista.

PERO las disputas entre los grupos políticos del pasado fue la lucha por el poder entre acaudaladas familias poderosas, con intereses opuestos e irreconciliables, particularmente de Cozumel y Chetumal que durante 43 años de gobierno ininterrumpidos se repartieron el gobierno del estado hasta que los odios generados por la competencia entre unos y otros sacaron a flote su furia regionalista para combatirse mutuamente. Ganaron los cozumeleños, al menos eso es lo que indica el marcador final: 4 gobernadores isleños contra 3 capitalinos. Hasta 2016 llegó ‘el cambio’ simulado de Carlos Joaquín González, quien a pesar de ser postulado por PAN y PRD en 2016 nunca dejó de ser priista de cepa dados sus antecedentes familiares.

SU MEDIO hermano Pedro Joaquín Coldwell se convirtió en 1981 en el segundo gobernador del estado, a la edad de 30 años, y a partir de ahí escaló los más altos puestos del gobierno federal y de la política nacional por lo que hoy es reconocido como el referente del político quintanarroense exitoso, en contraste con el presidio que tocó a los ex gobernadores Mario Villanueva Madrid y Roberto Borge Angulo; o el desprestigio de Félix González Canto, perseguido por su sombra de corrupción y saqueo del presupuesto público; o el frío gélido del exilio en la Embajada de México en Ottawa, Canadá, que Carlos Joaquín tuvo que aceptar callado a cambio de impunidad.

EL NUEVO capítulo del PRI que Flota Alcocer promete no está en tratar de recomponer a la oxidada clase política priista, sino en salir a las calles para formar a los nuevos cuadros políticos que le harán competencia a la clase política emergente, de jóvenes mayoritariamente, que hoy gobierna el estado bajo la conducción de la morenista Mara Lezama Espinosa quien, todo indica, tendrá la última palabra para la integración de las listas de candidatos a presidentes municipales y a diputados locales por renovarse, mientras los opositores esperan detrás de la puerta la llegada de su inminente ocaso.

@Nido_DeViboras