¿Manotazo Presidencial en Aduanas?

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¿Manotazo Presidencial en Aduanas?
JOSÉ LUIS CARRILLO

Hace algunas semanas reflexionamos sobre la crítica situación en materia de inseguridad y la consecuente caída de ingresos fiscales en las Aduanas de México.

Y, aunque oficialmente no ha sido ni será reconocido por el gobierno de la República, el Presidente Andrés Manuel López Obrador reflexionó a fondo todos los reportes presentados por su amigo y ahora exdirector de Aduanas, Rafael Marín.

Marín, eterno aspirante a la gubernatura de Quintana Roo, y cansado de ser “florero”, le confirmó al mandatario lo que es un secreto a voces: a pesar de todos los intentos por acabar con la corrupción, los grandes y globales intereses comerciales y financieros ganan la batalla a costa de una premisa básica: ¡plata o plomo!

O como dijera, que le dijeron al famoso chino Zhenli Ye Gon, “o copelas o cuello”.

El foco terrestre más representativo de corrupción e impunidad es el puerto fronterizo de Nuevo Laredo; balaceras y ejecuciones constantes y una caída superior al 30 por ciento en los ingresos tributarios reportados a Hacienda han ocasionado que el semáforo pase de amarillo a rojo.

Sin soslayar a Lázaro Cárdenas y Manzanillo, en donde sobran traidores a la patria; que no hacen lo que deben hacer; cuidar los intereses de México y no los de grupos criminales.

Pues bien, el Presidente se ha hartado y ha nombrado a un general en retiro, que bien pudo ser el actual secretario de Defensa, al haber estado en la misma terna en que fue nombrado el actual general titular, Luis Cresencio Sandoval González.

André Georges Foullon van Lissum, agregado militar en la Embajada de México en Estados Unidos, director del H. Colegio Militar, inspector y contralor general del Ejército y Fuerza Aérea, entre otros cargos, es el nuevo titular de Aduanas de México, y vaya que “sabe de aguacates”.

Dicen nuestros abuelos que para que “la cuña apriete, debe ser del mismo árbol”, y el general de división en retiro, no es de los que porta el uniforme con orgullo y dignidad a México, y acatará sin pensar las instrucciones del “Jefe Supremo” del Ejército.

Simplemente, el diagnóstico entregado por Marín, ahora embajador en la Organización Mundial del Comercio, detalla formas de operación y complicidades de grupos criminales; lamentablemente con servidores públicos con uniforme en activo, y funcionarios civiles.

La orden Presidencial, o más bien “manotazo” Presidencial, confirma el hartazgo y preocupación que existe en Aduanas. Y López Obrador juega una de sus últimas cartas en su sexenio…

Coloca a un experimentado y nada medroso general de división en Aduanas, y a su amigo de siempre lo pone a salvo; enviándolo fuera de México…

¡No vaya a ser la de malas!