NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

POR MÁS que el fantasmal Óscar Montes de Oca haya salido el lunes a desmentir rumores sobre su renuncia el pasado fin de semana, sus días están contados como titular de la Fiscalía General de Quintana Roo, donde su deficiente desempeño así como diversos señalamientos de corrupción en su contra son el principal impedimento para que pueda concluir su mandato de nueve años que le confirió el Pleno del Congreso, de 2018 a 2027. Él mismo ha repartido entre sus colaboradores que desde el cambio de gobierno, hace nueve meses, presentó su renuncia, pero no se la admitieron, lo cual en parte es cierto, pero el fondo político es que su estancia fue parte de los acuerdos entre el gobierno saliente y el entrante.

FUE parte del paquete de impunidad que se garantizó el ex gobernador Carlos Joaquín González por entregar el estado al presidente Andrés Manuel López Obrador, además de integrarse a su equipo, a lo lejos, como embajador de México en Canadá en la ciudad de Ottawa. Los que saben, aseguran que el acuerdo fue que Montes de Oca se mantuviera en el cargo y encargo durante el periodo de un año, lo cual se cumplirá en septiembre entrante, aunque la creciente desconfianza social por su nula actuación para reducir la incidencia delictiva podría obligarlo a adelantar su salida. Sobre el fiscal existen denuncias mediáticas de ser el operador del ‘cártel del despojo’ inmobiliario que imperó durante la pasada administración joaquinista.

EL PUESTO se lo debe Montes de Oca al exgobernador Carlos Joaquín. Por lo mismo, su tarea durante el año del acuerdo —tiempo en que surte efecto la caducidad de posible denuncia contra el exgobernador— es borrar toda evidencia de corrupción y frenar cualquier denuncia en contra del ahora embajador en Canadá, lo que se conoce en política como ‘cuidarle las espaldas’. En su estrategia mediática, todos los días sale a anunciar logros y detenciones al por mayor, pero eso no ha logrado inhibir a los malhechores, la incidencia delictiva se agudiza y ya no respeta a nadie como sucedió recientemente al magistrado presidente del Tribunal Electoral del Estado Sergio Avilés Demeneghi, a quien levantaron en la ciudad de Chetumal cuando bajaba de su automóvil para ingresar a su domicilio, que escandalizó las redes sociales.

EN MEDIO de estas falsas alarmas sobre la renuncia del fiscal, en el Congreso local los diputados comenzaron a hacer escenarios y a manifestar posiciones respecto al perfil que debe reunir quien lo sustituirá; por un lado, están los diputados que de plano cierran el círculo en favor de que se nombre a un ‘abogado local’ y no a un ‘fuereño’ como es el caso de Montes de Oca, que llegó de la Ciudad de México a realizar fechorías. La historia local muestra que eso tampoco es garantía porque si bien durante los últimos veinte años la extinguida Procuraduría estuvo en manos de excelentes abogados locales, también hubo los incapaces y corruptos que habían obtenido el cargo como premio de consolación en el mercado del poder.

DE HECHO Montes de Oca es el primer fuereño que llega a la Fiscalía estatal porque su antecesor Miguel Ángel Pech Cen, reconocido catedrático por colegios y barras de abogados locales, tampoco tuvo capacidad para ir contra los ex funcionarios borgistas involucrados en un millonario quebranto a las arcas públicas estatales. Después de dos años de haber sido nombrado por Carlos Joaquín, se vio obligado a renunciar por su evidente ineficacia para detener a los culpables del saqueo estatal, lo que incluso lo llevó a responder ante los medios que los inculpados ‘no se dejan agarrar’.

@Nido_DeViboras