Misión Imposible

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JOSÉ LUIS CARRILLO

Vaya que muchos disfrutamos cada una de las películas que, desde hace tiempo, Tom Cruise a sus 60 años de existencia nos entrega en la vigente serie de acción.

Ethan Hunt es quien lidera un grupo no reconocido de la FMI (Fuerza de Misiones Especiales), ajena y muchas veces desconocido por los políticos, sobre todo cuando los “encargos” rebasan o contravienen los intereses globales, hasta de su propia Nación.

¿Y qué diablos tiene que ver una película de ficción en una columna política?, podrán preguntarse varios de nuestros millones de lectores.

Me explico; una analogía es cuando buscamos aludir al razonamiento, según el cual, pueden reconocerse características similares entre series o cosas diferentes, es decir, me refiero a Misión Imposible como un ejemplo real, pero ficticio, de lo que la sociedad civil organizada puede lograr:

¡Salvar al Mundo!

Vamos por partes, dijera Jack “el destripador”.

Lamentablemente ahora los medios informativos nacionales, parecen más bien un “parte de guerra” en una nación en conflicto, al reflejar los hechos cotidianos, asesinatos, violaciones, abusos de poder, fraudes, impunidad total…

Y terriblemente, nuestra capacidad de asombro está desapareciendo.

¿Debemos normalizar lo anormal, acostumbrarnos a lo absurdo?

Peor aún, vemos a una pareja que acuden a la escuela de su hijo, no para saber el avance y comportamiento del menor. ¡Van a golpear a la maestra por hacer su trabajo, y obligarla a hincarse a pedirle perdón al chamaco!

Vemos noticias totalmente inhumanas, como la que nos informó que al revisar a una menor inmigrante, los médicos de la frontera, encontraron dentro de ella el ADN de 67 hombres…

Difícilmente tendríamos suficiente espacio para reseñar todas las atrocidades que el ser humano comete contra su misma especie.

Y más difícilmente nos atreveríamos a realizar un ejercicio de autocrítica.

Vaya, al enterarnos de todos los hechos, lo primero que hacemos es buscar culpables en otros, vaya, ver la paja en el ojo ajeno sin ver la viga en el propio.

¡La CULPA es del presidente, gobernador, alcalde!

¡Pero NUNCA, NUNCA es NUESTRA!

Muchos podrán sentirse incómodos, pero es momento de decir las cosas como son, cualquier figura de poder, es el reflejo de que somos como sociedad.

La neta es que a ningún político nos lo trajimos de Marte o Saturno; vaya son como nosotros, con nuestras mismas fortalezas y debilidades, muchos casos son hasta amigos y familiares.

Y como seres humanos, también necesitan ayuda.

¿Deberíamos preocuparnos por la posibilidad no deseable, pero altamente posible, que más pronto que tarde, nos gobierne alguna entidad emergida de la inteligencia artificial?

Para cualquier medio de comunicación, una nota principal sería reportar la presencia de un grupo de vecinos, empresarios, religiosos, académicos, organizaciones no gubernamentales, que visitaran al alcalde y o gobernador, para ofrecerle ayuda…

Claro, muchos seguirán respondiendo que es “obligación” del gobierno atender las necesidades ciudadanas.

¿Pero si en estos momentos, el gobierno está rebasado?

Vaya, hasta Thanos acabó con los Avengers y Superman “muere” con kryptonita, ¿qué nos hace creer que los políticos son archirrecontrapoderosos?

Ya vamos tarde para que los ciudadanos despertemos y asumamos nuestro rol responsable como gobierno familiar; responsable directo de muchas de las atrocidades que padecemos y dejar de buscar culpables por todos lados, pero también de muchos casos de éxito que seguimos viendo, afortunadamente.

Recuerdo una reunión con padres de familia de una universidad de Nuevo León, cuando una madre preocupada porque su hijo no “maduraba”, increpó al grupo de maestros que estábamos presentes, para cuestionarnos:

“Maestros, no entiendo que hacen ustedes, mi hijo sigue igual de maleducado y grosero, no entiendo que les enseñan”, los presentes pusimos cara de “what”, y solamente se le aclaró que en la universidad la misión académica es otra.

Lo básico, se enseña y aprende en el núcleo básico, la familia, simple.

Por ejemplo: Me encanta ver la aparición de chavos apoyando causas ambientales en Nuevo León, como los de Un Río para el Río, que buscan preservar el ecosistema en el río Santa Catarina o los vecinos del sur de Monterrey, que se unieron para enfrentar a la Comisión Federal de Electricidad, misma que ya los había agarrado de “puerquitos” y les cortaba todas las tardes el suministro de energía.

O la historia de los vecinos que se unieron para recuperarle a un vendedor de tamales, que se instalaba todas las tardes en el acceso a sus viviendas su triciclo y vaporeras; luego de haber perdido todo, al ser embestido por un conductor alcoholizado que lo puso al borde de la muerte junto con su esposa.

Así como ejemplos de degradación social sobran, también sobran los casos de éxito, en los que una sociedad organizada, sumando al gobierno y no en viceversa, sale adelante.

Después de todo…

¡Los Buenos Somos Más!