Por KUKULKÁN
CON la estrategia mediática del nado sincronizado entre articulistas, columnistas, comentaristas de radio y televisión nacional afines al conservadurismo para criticar sistemáticamente al unísono el ‘mal gobierno’ de Andrés Manuel López Obrador, cuyo modelo económico populista lleva al país a la ruina y al caos social, los opositores no han encontrado el eco esperado por la población que mayoritariamente se sigue sintiendo más identificada con el Gobierno de la Cuarta Transformación que reparte bienestar para los más desprotegidos quienes generalmente conforman los grandes cinturones de pobreza y subdesarrollo.
SUMERGIRSE a los contenidos ‘informativos’ de los denominados ‘medios nacionales’ es encontrarse todos los días con la misma narrativa y la misma información; dejó de existir la competencia por la primicia o la nota exclusiva para ir un paso adelante de los demás, ahora todos salen uniformados con el tema principal de la agenda nacional —generalmente puesto en la mesa por el inquilino de Palacio Nacional— con el objetivo de esparcir la percepción de que en México la sangre corre a ríos, la economía cada vez está peor, vivimos ante la amenaza constante de una inflación de enormes proporciones, las obras de infraestructura pública son un fracaso, los servicios de salud son una bomba de tiempo…
PERO más allá del escándalo mediático sobre la inseguridad denunciada por los opositores, los aeropuertos y los destinos turísticos de sol y playa no dejan de estar abarrotados por turistas internacionales quienes a pesar de ‘alertas’ y ‘advertencias’ siguen eligiendo México para vacacionar placenteramente. Por el contrario, la demanda vacacional ha ido al alza después de haber caído estrepitosamente durante los años de la pandemia; en 2019 se registró un ingreso de 45 millones de turistas al país, pero en 2020 cayó a 24.3 millones mientras que 2021 comenzó la recuperación con 31.9 millones y 2022 se acercó todavía más a los niveles de pre pandemia al alcanzar 38.3 millones de turistas (le faltaron 7 millones).
DURANTE enero y febrero de 2023 la Secretaría de Turismo reportó el ingreso al país de 6 millones 489 mil turistas extranjeros, lo que representó un incremento del 23.4 por ciento con respecto a los reportado en el mismo periodo, pero de 2022. La mayoría de estos visitantes llega a la Ciudad de México como primer destino, seguido por el Caribe Mexicano, Puerto Vallarta, Los Cabos, además de Huatulco y Mazatlán, por el lado del Pacífico. Toda esta gente no se va con la percepción de peligro que venden los llamados ‘medios nacionales’. Los hechos delictivos son inherentes a la vida social por diversas razones, entre ellas la falta de oportunidades de empleo bien remunerado, el acceso a la educación de calidad y a la salud gratuita, por lo que además de aplicar la ley se requieren programas para impedir que los jóvenes sean atraídos por los cárteles del narcotráfico.
Y CUANDO refieren a que las malas decisiones del presidente han costado a México crecimiento económico, empleos, huida de capitales y atractivo como destino de inversión (en síntesis, todas las calamidades del Apocalipsis), el propio López Obrador les presume sus cifras: al cierre de 2023 se espera que el empleo alcance la cifra récord de 22 millones de trabajadores afiliados al IMSS; las remesas llegarán a 60 mil millones de dólares; la tasa de desempleo (de 2.8 por ciento) se ubicó en el tercer lugar a nivel mundial después de Japón y Corea del Sur; durante el primer semestre del año la inversión extranjera alcanzó 18 mil 363 millones de dólares y el peso se ha apreciado 13.2 por ciento al cotizarse a 17 pesos por dólar.
PARA colmo de la oposición los más grandes promotores de las obras ferroviarias de infraestructura impulsadas por el gobierno de López Obrador, son los gobernadores del PRI y del PAN. Mientras que Alfredo del Mazo Maza, del Estado de México, defiende los beneficios de movilidad que traerá el Tren InterUrbano México-Toluca a la población de la zona conurbada con la Ciudad de México, Mauricio Vila Dosal, gobernador de Yucatán, diverge de quienes piensan que el Tren Maya es un lastre del Gobierno de la Cuarta Transformación, al citar que en el sureste esta obra tiene una aprobación del 80 por ciento de la población porque promete apuntalar el desarrollo que históricamente se le negó a esta región sureste.
