¡Sube Samuel sube…Sube Samuel sube!

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JOSÉ LUIS CARRILLO

El siglo pasado, Telesistema Mexicano, ahora Televisa, transmitía los fines de semana, un popular programa, que era seguido por millones de televidentes a lo largo y ancho de los poco más de dos millones de kilómetros cuadrados que mide la República Mexicana.

¡No se ría!, usted leyó bien, escribí el “siglo pasado”…

Luis Manuel Pelayo era un polifacético animador que conducía el aspiracional programa televisivo “El palo encebado”, que consistía en trepar un tubo redondo, cubierto con una exagerada cantidad de lubricante mineral y vegetal, que volvía prácticamente imposible llegar hasta la cima en la que se encontraba una bandera que era bajada solamente por los triunfadores.

Era simplemente un palo redondo de madera cubierto de grasa, que no llegaba a diez metros de altura…

Vaya, el programa era tan divertido y famoso, que muchas familias mexicanas, entre las que me incluyo, cuando viajaban en los populares e icónicos “vochos” y se “enfrentaban” a una cuesta empinada, todos los ocupantes, animaban al conductor al grito de:

¡Sube Pelayo sube!

Hasta 14 mil pesos de aquél entonces, un “vocho”, y hasta una casa, eran los grandes premios que ese programa repartía, en el que el “palo encebado” era el momento estelar; los participantes aguardaban grandes temporadas esperando turno para participar, ya que veían en Pelayo el portador de la llave del cofre del tesoro.

Así como todos gritaban en la década de los setenta, “sube Pelayo sube”, ahora, en Nuevo León, Jalisco y Ciudad de México, muchos patrocinadores, financieros y políticos empiezan a decir en público y en privado:

¡Sube Samuel sube!

Y empiezan a motivar al gobernador de Nuevo León, para que se anime a “treparse” desde ya, al carrusel de la carrera presidencial del 2024, argumentando su popularidad, al menos virtual, que según las encuestas ya rebasa las fronteras de la entidad del Noreste de México.

El argumento principal sostenido por sus “gurús” en materia de marketing, son simples y a la vez complicados.

Ni el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, y mucho menos el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas, supieron aprovechar su tiempo y momento, por lo que actualmente lucen prácticamente desfondados y con severos problemas en sus respectivos gobiernos.

Mientras que en Jalisco, Alfaro batalla para que el gran Tlatoani, Dante Delgado y su fiel escudera, Ivonne Ortega, acepten a Clemente Castañeda o Alberto Esquer como sucesores; en Monterrey, Colosio se daría por bien servido con la reelección como alcalde de Monterrey.

Eso sí, con prácticamente un nuevo cabildo que garantice “obediencia plena” al ya no tan nuevo secretario del ayuntamiento, Agustín Basave.

Sin embargo, todas las encuestas arrojan que en Monterrey; Va por México, MC y Morena, están prácticamente empatados, de ahí la urgencia de Colosio para recuperar la confianza regia, con anuncios estridentes en contra de la corrupción, pero con pocos resultados, por el momento.

Y a diferencia del gran fracaso del “Bronco” Jaime Rodríguez, exgobernador de Nuevo León, los asesores de Samuel le aseguran que, en cada elección, las condiciones son diametralmente diferentes.

Sostienen que la frescura y la estrategia aplicada en redes sociales a nivel nacional, enfocada a vender como “hechos”, proyectos gubernamentales que muchos de ellos todavía ni inician, le garantiza ser competitivo en la próxima elección presidencial, obvio que acompañado de su esposa, Mariana Rodríguez Cantú.

Otro factor para justificar la toma de decisiones, radica en que, desde la perspectiva de sus asesores, los nuevoleoneses lo apoyarían, bajo el argumento de campaña cuyo mensaje principal sería: ¡Para poder lograr un nuevo Nuevo León, se requiere que haya un presidente de Monterrey!

Todo indica que el “güerito” Samuel, como lo nombra el presidente Andrés Manuel López Obrador, está a nada de aceptar el anillo de compromiso, con el argumento de que lo relevante es el “ahora”, ya que en caso de sufrir una derrota como la del Bronco, los partners del eje Jalisco-Michoacán, tendrían un “Plan B” en la figura de su esposa, Mariana.

¿Entonces qué, gritamos…Sube Samuel sube?