Tras los delitos, rescate y cariño

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Tras los delitos, rescate y cariño
  • Mediante la organización Peludos Desamparados y acompañada de una abogada, Rosales interpuso una denuncia por el caso de “Scooby”.
ALEJANDRO LEÓN / AGENCIA REFORMA

CIUDAD DE MÉXICO.- Gabriela Rosales rescata animales de compañía que quedan desamparados tras la detención de sus dueños.

Por ejemplo, en su refugio tiene a “Luna”, la gatita de la pareja a la que se le atribuye el secuestro y feminicidio de la niña Fátima, de 7 años, en la Alcaldía Xochimilco.

En febrero de 2020, los presuntos feminicidas fueron detenidos y la vivienda en la que mantenían raptada a la menor fue cateada por autoridades. En el patio se oían los maullidos de “Luna”, la cual estaba desnutrida y pulgosa.

Las autoridades accedieron al inmueble para sacarla y fue entregada a la activista.

Desde entonces la mantiene con sus propios recursos, al igual que lo hace con seis animales que eran de feminicidas y hasta integrantes de cárteles en la Ciudad de México.

Otro animal que tiene bajo su cuidado es una gata de nombre “Mini”, que era de María del Rosario, a quien se le atribuye un feminicidio, además de enterrar el cuerpo de la víctima en una habitación de su casa, en Ecatepec.

También, tuvo bajo su resguardo a “Lu”, un gato que estaba en un predio donde autoridades desmantelaron un narcolaboratorio relacionado con la Unión Tepito.

Su casa es el albergue. Los alimenta, los lleva con el veterinario y los pone en adopción, aunque notó que la pandemia complicó encontrar familias que quieran hacerse cargo.

UN GATO

Hace 15 años, cuando caminaba cerca del Parque de los Venados, en la Alcaldía Benito Juárez, Gabriela escuchó un maullido que provenía desde el contenedor.

Se acercó y constató que era un pequeño felino que estaba amarrado dentro de una bolsa de plástico.

Incrédula, no dudó en ponerlo a salvo y llevárselo. Lo bautizó como “Coco” y, desde entonces, ronronea en la sala, muebles y la ventana de su casa.

Esa historia fue la que la marcó para rescatar a más animales de compañía. Lo mismo lo hace cuando los encuentra abandonados en la calle.

“¿Quién tiene el corazón para aventar un ser vivo en un bote de basura?. Y él (‘Coco’) fue mi primer animal, desde niña siempre tuve animales”, comentó.

Gabriela se dedica a la venta de bienes raíces, de donde consigue recursos para su labor altruista.

“Yo no lo tengo con lujos, mi casa es un departamento viejito, pero, no dejar de tratar que tenga lo básico, comida, el arenero, la libertad, que no están enjaulados, están en sus propios espacios.

“Al final, es dejar un mínimo de conciencia positiva, mucha gente te dice ‘es que no adopto porque no tengo un departamento grande’, no necesitas un departamento grande para tener bien a un animal, necesitas tiempo, dedicación”, expresó.

Y DEFENSA

Mediante la organización Peludos Desamparados y acompañada de una abogada, Rosales interpuso una denuncia por el caso de “Scooby”, un perro que fue aventado a un cazo con manteca hirviendo, en Tecámac, Estado de México.

Gracias a la denuncia, el presunto responsable fue detenido e ingresado a un reclusorio mientras se lleva a cabo la investigación.

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