NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

COMO ampliamente se vislumbraba tanto por seguidores como por adversarios de la 4T, el proceso de selección interna de Morena para elegir al nuevo coordinador o coordinadora nacional de Comités de la Defensa de la Cuarta Transformación sería una comedia con dos desenlaces: el que daba anticipadamente como ganadora a Claudia Sheinbaum Pardo, considerada la favorita, y el que apostaba al rompimiento de Marcelo Ebrard Casaubón por presuntas irregularidades en la encuesta y con la abierta posibilidad de competir por la presidencia bajo la postulación de Movimiento Ciudadano, única opción electoral que le queda para consumar su amenaza.

AUNQUE expresamente no lo dijo así, sino fue una interpretación de los medios ante la pregunta de si seguía vigente su aspiración como aspirante, a lo que Marcelo Ebrard respondió que sí pero que eso no sería por Morena —obvio ¿no?— donde los resultados no le favorecieron. Y cuando le insistieron directamente si sería por MC, él dijo que lo analizaría de aquí al lunes después del Consejo nacional de Morena, además aclaró que todavía no había una propuesta de los naranjas en tal sentido. Tampoco empleó el término rompimiento, sólo se declaró fuera del proceso y a llevar a cabo los procedimientos legales correspondientes para apelar las presuntas irregularidades, ‘con pruebas documentadas’, ante el Instituto Nacional Electoral. Sólo para inyectarle más suspenso a la trama.

BAJO este escenario las horas siguientes serán cruciales porque el presidente Andrés Manuel López Obrador no podrá entregar el bastón de mando (¿o sí?) a la ganadora de la encuesta antes de este viernes que vuele rumbo a Colombia y Chile para participar en la Cumbre Latinoamericana y del Caribe sobre nueva política antidrogas, así como a la conmemoración de los 50 años del asesinato de Salvador Allende. El acto de entrega de este símbolo mexicano de poder significa el aval presidencial a los resultados de la encuesta.

SALVO Marcelo, los otros cinco aspirantes estuvieron presentes en el evento donde el presidente de Morena, Mario Delgado dio a conocer los resultados oficiales que fueron avalados por los gobernadores morenistas para darle legalidad al proceso. Enfrentarse a todo esto no es una decisión sencilla para Marcelo, quien en el supuesto escenario que decida ir con MC deberá valorar qué tan seguro la tiene de ganar porque como lo dictan las reglas no escritas de que en política sólo cometes un error, las demás son consecuencias.

PERO a quien menos le conviene que Marcelo juegue con MC es al Frente Amplio por México porque eso sólo prolongaría la lucha por la presidencia de la república entre las dos corcholatas más competitivas que impuso nada más ni nada menos que el inquilino de Palacio Nacional. Es decir, pondrá a todos los electores mexicanos, seguidores y adversarios, a jugar con sus propias fichas, con la intención de desaparecer a Xóchitl Gálvez del escenario electoral. Y López Obrador seguramente será el más feliz en haber aplicado bien la máxima del poder de que si no puedes convencerlos, confúndelos.

AUN en el escenario más positivo de que Marcelo ganara las elecciones en junio de 2024, ¿de verdad se peleará con lo que representa Andrés Manuel? ¿se atreverá a desmantelar lo construido por el gobierno de la Cuarta Transformación? Lo que le esperaría sería un gobierno minado de lopezobradoristas y de ciudadanos seguidores que evitarán desvíe la ruta. Además, habría que esperar cómo quedaría representado el Poder Legislativo y las nueve gubernaturas en juego. Donde Marcelo se equivocó fue en sentirse el sustituto natural desde que se integró al gobierno y comenzó a construir su candidatura sólo con las cúpulas de los sectores público y privado, descuidó o subestimó al pueblo. Engolosinado con los reflectores internacionales, desde la cancillería Ebrard se dedicó durante más de cuatro años a promoverse como futuro presidente de México y tejió relaciones con altos funcionarios de diferentes naciones que no le sirvieron a la hora de la consulta. Le faltó pueblo.

@Nido_DeViboras